El Parlamento de Brasil autoriza el «impeachment» de Dilma Rousseff

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

EVARISTO SA | AFP

El presidente de la Cámara iba a ser investigado por sus cuentas secretas en Suiza

03 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

?El presidente de la Cámara de los Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, aceptó ayer abrir un proceso de «impeachment» contra la presidenta del Gobierno, Dilma Rousseff, que puede desembocar en su recusación si prospera. El anuncio, que agrava la crisis institucional que vive Brasil a causa de la corrupción y la recesión económica, se ha producido pocas horas después de saberse que los diputados del Partido de los Trabajadores al que pertenece Rousseff (PT) votarán a favor de que Cunha sea investigado a su vez en el Consejo de Ética por sus cuentas secretas en Suiza.

La base para el «impeachment» o juicio político contra la presidenta se encuentra en la denuncia presentada por uno de los fundadores del PT, Hélio Bicudo, y por el ex ministro de Justicia del Gobierno de Henrique Cardoso, Miguel Reale, que denunciaron irregularidades cometidas por el Gobierno de Rousseff en las cuentas de 2014 como argumento para apartarla del cargo. Consciente de que su decisión se ha visto como una venganza de tipo personal, Cunha se esforzó por justificarla como una medida de naturaleza técnica. «No me da ninguna felicidad este acto. No lo hago con intención política. Lamento profundamente lo que está ocurriendo», dijo al tiempo que subrayaba que «nunca» en la historia del mandato de un presidente hubo tantas peticiones de someterlo a juicio como en esta ocasión.

La oposición presionaba desde hace meses a Cunha para que llevara a votación la recusación de la presidenta, principalmente alegando dos razones: omisión, al no detectar la trama corrupta que se forjó en Petrobras, y la manipulación de las cuentas para que el presupuesto oficial no entrara en número rojos. Finalmente este ha sido el argumento utilizado por Cunha, ya que de momento no hay pruebas que impliquen a Rousseff en el escándalo de Petrobras, y en cambio sí las hay sobre las irregularidades fiscales, después de que el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) certificara el pasado mes de octubre que hubo maniobras para esconder el déficit fiscal.

En cualquier caso, el juicio político a Rousseff no será algo inmediato, ya que además de tratarse de un proceso lento a nivel administrativo se necesita un quórum importante en el Congreso Nacional, con dos tercios de parlamentarios favorables tanto en la Cámara como en el Senado. La apertura del proceso agravrá, sin embargo, la ya enquistada crisis política y de gobernabilidad del país, con la popularidad de Rousseff diezmada por la crisis y los escándalos de corrupción y un Congreso hostil que se niega a aprobar las medidas de austeridad que propone.

Si el «impeachment» sale adelante sería la segunda vez en la que el país aparta a un presidente por esta vía, después de Fernando Collor de Melo en 1992.