Entre las medidas ordenadas por el Gobierno británico para garantizar la seguridad de los británicos, los vuelos entre Sharm el Sheij y el Reino Unido quedaron suspendidos el miércoles por la noche hasta que un equipo de expertos supervise la seguridad del aeropuerto.
La medida ha tenido efecto sobre otros países europeos. Así, el Ministerio de Exteriores irlandés recomendó a sus ciudadanos que eviten viajar a Egipto, después de que la autoridad de aviación ordenara suspender vuelos con Sharm el Sheij. También Alemania emitió una alerta «parcial», para que sus ciudadanos eviten el Sinaí en tanto las causas del accidente «no estén claras». Lufthansa, que seguirá volando a El Cairo, suspendió los vuelos semanales de sus filiales Edelweiss y Eurowings y coordinará con el Ministerio de Exteriores la repatriación de ciudadanos alemanes. Ucrania prohibió a sus compañías aéreas sobrevolar la península del Sinaí, como decidió también la aerolínea Air France.
Estas medidas preocupan a Egipto, que confía en la industria del turismo como una de las fuentes de ingresos más importantes para superar la delicada situación de su economía. El Reino Unido es uno de sus principales clientes. Por eso el ministro egipcio del ramo, Hesham Zaazou, solicitó al Gobierno de Cameron que revise su decisión «injustificada» de suspender las conexiones con Sharm el Sheij, destino favorito de los 900.000 británicos que cada año viajan a Egipto. El propio Cameron es consciente del perjuicio que su decisión causará al sector.