Moscú traslada barcos, aviones y soldados a Siria
10 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El éxodo de refugiados sirios a Europa ha puesto de nuevo sobre la mesa cómo poner fin a la guerra civil que desangra desde hace cuatro años a ese país de Oriente Medio. Las diferencias entre Occidente y Rusia -que junto con Irán son los valedores de Bachar al Asad- han desbaratado distintos intentos de lanzar un plan de paz, pese a tener un enemigo común: el Estado Islámico (EI). Moscú llamó ayer a Washington a la «unidad» contra el EI, en medio de la inquieta mayor presencia militar rusa en Siria. La gran pregunta es ¿qué está tramando Putin en Siria?
Rusia es el principal país abastecedor de armas al Ejército sirio y oficialmente su única presencia militar en el país es la base naval de Tartús, uno de los bastiones alauíes fieles al presidente. Pero en los últimos días se suceden informaciones dando cuenta de la entrada de soldados y material militar ruso en el país árabe y las peticiones para sobrevolar el espacio aéreo de Bulgaria y Grecia. Moscú aseguró ayer que Grecia e Irán le permiten usar su espacio aéreo para los vuelos fletados «con ayuda» para Siria, después de que Bulgaria denegase el permiso.
Llamada de Kerry
En una conversación telefónica, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, expresó ayer a su homologo ruso Serguéi Lavrov, su preocupación sobre una posible intervención militar rusa en Siria para reforzar a Bachar al Asad. De acuerdo con Washington, Rusia estaría habilitando con casas prefabricadas varios aeródromos del país árabe, como Latakia. Fuentes oficiales estadounidenses contactadas por Reuters indicaron que en los últimos días Rusia ha enviado a Siria dos barcos de desembarco, aviones adicionales y desplegado decenas de infantería de Marina.
Desde hace meses, Vladimir Putin defiende su estrategia de negociar con el régimen de Al Asad una salida al conflicto, y luego crear una coalición militar que incluya a Turquía, Arabia Saudí y al Ejército regular sirio para combatir al Estado Islámico. Washington y Europa se han negado hasta ahora a incluir a Al Asad en la solución. Sin embargo, el lunes el ministro español de Exteriores, García-Margallo, abrió la puerta a negociar con el régimen sirio. Ayer le siguió su homólogo británico, Philip Hammond. Lo que sorprendió fue que el ministro del Interior, Jorge Fernández, defendiera ayer la necesidad de una intervención militar. El bombardeos de la coalición liderada por EE.UU. no ha hecho retroceder al EI. Francia y el Reino Unido se negaban hasta ahora a intervenir en Siria para no favorecer indirectamente a Damasco. Pero han cambiado de posición y ahora se plantean bombardear el ese país. Australia se unió ayer a esa posición.
La guerra mientras deja ya más de 210.000 muertos y más de 10 millones de desplazados. Con una economía devastada, el hambre se ha convertido en la inseparable compañera de numerosos sirios. Más de 12 millones precisan ayuda humanitaria.