El Congreso amplía los poderes de Obama para negociar

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

JONATHAN ERNST | Reuters

La Cámara baja vota a favor, con el apoyo de los republicanos, de permitirle desarrollar las relaciones comerciales

19 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo una semana después del fracaso en la Cámara baja, Barack Obama obtuvo ayer una victoria en la votación de la misma ley, la que permite negociar, al margen del Congreso, los tratados comerciales. No es definitiva, pero parece que llegará a serlo.

La Cámara de Representantes volvió a votar ayer una ley que permitirá el líder estadounidense desarrollar las relaciones comerciales en especial con el Pacífico, que es donde tiene puestos sus ojos. Y esta vez ganó el sí por 218 votos contra 208. Entre los votos a favor solo había 28 demócratas, porque el problema para la aprobación de esta ley lo tiene Obama con su propio partido. La diferencia es que ayer una mayoría de los republicanos siguieron los dictados del presidente de la cámara, John Boehner, y votaron a favor.

Aunque lo que se votó ayer no es exactamente lo mismo que la semana pasada. Y es que la Casa Blanca ha realizado una complicada maniobra legal para sacar adelante la norma, que han dividido en varias partes, una de las cuales no pasó hace una semana, mientras que otra sí lo logró ayer.

Pero los sobresaltos no han acabado, porque ahora debe ir al Senado para su aprobación. En la Cámara alta los republicanos también son mayoría, por lo que también debería pasar. Pero un grupo de conservadores, encabezados por Rand Paul y apoyados por la mayoría de los demócratas, están dispuestos a utilizar maniobras dilatorias para impedir o, al menos, retrasar la aprobación de la ley.

En todo caso, los presidentes de ambas cámaras, Boehner y Mitch McConnell, los dos republicanos, emitieron un comunicado conjunto el miércoles en el que aseguraban que creían tener los votos necesarios para mandar la ley a la firma del presidente.

De aprobarse, la ley permitirá a Obama negociar los tratados comerciales sin la participación del Congreso, que solo podrá aprobar o no estos tratados, pero sin introducir ninguna enmienda. Esta extensión de sus poderes la han disfrutado todos los presidentes estadounidenses desde Roosevelt, excepto Richard Nixon.