Los correos de Hillary Clinton revelan cómo gestionó el ataque de Bengasi

Jo BIDDLE WASHINGTON / AFP

INTERNACIONAL

BRIAN SNYDER | Reuters

El mismo día del atentado pidió ver un documental francés sobre Libia

24 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo horas antes de que Hillary Clinton afrontara su mayor reto y tragedia como secretaria de Estado de Estados Unidos, pidió a uno de sus asistentes que le consiguiera un documental francés sobre Libia. «¿Puedes conseguirnos una copia del filme de Bernard-Henri Lévy sobre Libia? Creo que Harvey [Weinstein] lo hizo y fue mostrado en Cannes la primavera pasada», escribió la entonces jefa de la diplomacia estadounidense a su amiga de confianza Huma Abedin a las 5.50 horas del 11 de septiembre del 2012. Ese mismo día milicianos fuertemente armados atacaron el consulado estadounidense en Bengasi, al este de Libia, matando a cuatro estadounidenses en un tiroteo que duró horas. El ataque desencadenó una crisis que enturbió las elecciones a la Casa Blanca del 2012 y podría eclipsar la apuesta personal de Clinton por pasar a la historia en el 2016 como la primer mujer presidenta de Estados Unidos.

El correo electrónico a Abedin es uno de los 296 publicados el viernes por el Departamento de Estado, entre los más de 30.000 que Clinton escribió entre 2009 y 2013 desde su cuenta privada. Y los 296 tienen que ver con Libia y con el ataque en Bengasi.

Los documentos ofrecen una mirada, pequeña pero sin precedentes, sobre la vida personal de Clinton: su trabajo diario en el Departamento de Estado y cómo manejó la tragedia que provocó convulsión y rabia en la unida comunidad diplomática. Muchos correos contienen condolencias de su personal por las muertes del embajador Christopher Stevens y otros tres estadounidenses. También hay mensajes del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y de su exsecretario de Defensa, Bob Gates. «Sé que ha sido una semana difícil para ti y simplemente quería expresar mi simpatía y decirte que estaba pensando en ti», escribió Gates.

Otros, más aduladores, agradecían a la jefa su liderazgo y, en particular, las declaraciones que hizo en una ceremonia cuando los cuerpos fueron trasladados de regreso a Estados Unidos.

En una misiva, Clinton admite que el sábado después del ataque se durmió y se perdió una sesión informativa del presidente. «Me acabo de despertar», escribió. Su asistente le mandó entonces una lista de llamadas para ese día. Empezaba a mediodía con una llamada al entonces secretario de Exteriores británico, William Hague, y continuaba, apretada, con siete líderes mundiales más, uno cada 15 minutos, entre ellos, Netanyahu. La agenda acababa a las 14.30 horas con el entonces ministro de Exteriores turco.

Consciente de su imagen

Los correos también muestran preocupación por cómo la hoy candidata a la Casa Blanca mantenía su imagen en medio de la tormenta política con su consejera de política exterior Jake Sullivan, asegurándose de que nunca cayera en muestras «espontáneas».

En octubre del 2012, Abedin escribió a Clinton para pedirle que llamara a uno de los oficiales de seguridad diplomática herido en el ataque de Bengasi. Y añade que alguien ha estado reuniendo ropa -«tres lindos trajes, muchas blusas y chaquetas»- para que Clinton se la probara durante una visita a Nueva York.

Hacia finales de ese mismo año, la secretaria de Estado pregunta cómo van las audiencias sobre el ataque de Bengasi y se disculpa ante el subsecretario de Estado, Tom Nides, porque no podrá acompañarlo tras haber sufrido una caída. «Estaré cuidando mi cabeza herida y animándote mientras tú ?permaneces en calma y continúas? (...) Lo que no te mata, te hace más fuerte (como he razonado durante años), así que solo sobrevive y habrás triunfado», escribió.

«Lo que no te mata te hace más fuerte, así que solo sobrevive y habrás triunfado», escribió