Caos y desolación en Katmandú

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Hemanta Shrestha | EFE

El Gobierno pide ayuda internacional ante el colapso de los hospitales y la falta de medios para buscar supervivientes, mientras los muertos se elevan ya a 2.500

27 abr 2015 . Actualizado a las 07:43 h.

La desolación y el caos reinaba ayer en Nepal tras ser golpeado por el peor terremoto en 80 años. Las cifras de la tragedia no paran de crecer: los muertos se elevan ya a 3.200, los heridos a más de 6.000 y de los desaparecidos nadie se atreve a dar un número aproximado. Pero la prioridad era ayer encontrar supervivientes entre las toneladas de escombros y atender a las víctimas, para ello el Gobierno nepalí reclama ayuda internacional urgente. Una ayuda que ya ha comenzado a llegar desde los países vecinos, mientras europeos y americanos se afanaban ayer en embarcar a sus equipos de rescate y asistencia hacia el país asiático. Mientras, la tierra sigue templado con réplicas de hasta 6,7 de magnitud en la escala de Richter.

La devastación es total en la capital del país, Katmandú. Solo aquí hay un millar de muertos. Centenares de edificios se hundieron. Hospitales y morgues están colapsados y hay escasez de medicamentos y reservas de sangre. «Estamos sobrepasados por el número de pacientes», dijo el doctor Pratab Narayan, del Hospital Universitario, a DPA.

En el hospital Bir, el más viejo de Katmandú, familiares de las víctimas intentaban espantar a las moscas de los cadáveres, que se amontonaban en el suelo ante la falta de espacio en las morgues. Muchos médicos atendían a los afectados, la mayoría con fracturas múltiples y traumatismos, en tiendas de campaña anexas, debido a la gran cantidad de ingresados, pero también porque muchas personas tienen miedo de entrar al edificio, explicó a AFP el doctor Samir Acharya, en el Hospital Neurológico Annapurna.

La electricidad y el agua corriente continúan cortadas. «Estamos cargando nuestros teléfonos con las baterías del coche», contó a DPA Alina Sherstha, de la organización World Vision.

«Hemos desplegado todos nuestros recursos para la búsqueda y el rescate», dijo a la AFP el portavoz de la policía nacional de Nepal, Kamal Singh Bam. «Enviamos helicópteros a las áreas remotas. Pero la escasez de maquinaria pesada hace que voluntarios y oficiales aparten con sus manos los escombros.

También están dañadas las carreteras y autopistas que conectan la capital con el valle, donde se sitúo el epicentro del seísmo de 6,7 del sábado. El aeropuerto internacional permanece cerrado, por lo que muchos turistas esperaban acampados en los campos aledaños la reanudación de los vuelos. Mientras, en el límite de la ciudad se elevaba el humo de las piras funerarias en el que los nepalíes como es costumbre despiden a sus muertos.

El presidente, acampado

Las potentes réplicas se produjeron durante la noche del sábado y en la mañana de ayer, provocando el pánico entre los supervivientes. La gente pasó la noche a la intemperie o en tiendas de campaña. Incluso el presidente, Ram Baran Yadaf, durmió en una tienda de campaña.

Las réplicas también provocaron nuevas avalanchas en el campamento base del Everest, justo después de que los helicópteros de salvamento evacuasen a los heridos del alud del sábado. La cifra de muertos se elevó a 22 y los desaparecidos a más de 200.

El devastador seísmo afectó además a los países cercanos y causó la muerte de 67 personas en el norte de la India, 18 en el Tíbet (China) y una en Bangladés.

Ayer se conocieron más daños en la rica herencia cultural nepalí. Además de la emblemática plaza Durban y la torre Dharahara, resultó muy dañado el complejo budista de Swayambhunath, conocido como el Templo de los Monos.

Agua, tiendas, médicos y equipos de rescate, las necesidades más urgentes

El Gobierno de Nepal ha enviado ya una lista la comunidad internacional con la ayuda que necesita de forma más urgente. Entre otros, hacen falta mantas, comida, agua potable y tiendas de campaña, así como equipamiento médico, personal de rescate, maquinaria pesada y helicópteros.

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) es la encargada de liderar los esfuerzos de las Naciones Unidas. Un primer equipo con cinco expertos partió ayer hacia Katmandú para una estimación rápida de la cantidad y el tipo de ayuda que se requiere, señaló en Ginebra el portavoz Jens Laerke.

Primeras ayudas

La primera ayuda comenzó a llegar ya el sábado desde la vecina India. Además de enviar 43 toneladas de material de primera necesidad, puso a su disposición soldados en Katmandú y seis helicópteros, que se encargan del rescate en el Everest. Pakistán, por su parte, envió ayer cuatro aviones militares C-130 Hércules con personal y material médico, incluido un hospital de campaña, equipos de rescates y alimentos. China también enviará un equipo de rescate con 40 expertos.

Los equipos de asistencia y rescate europeos están trabajando ya sobre el terreno en Nepal y la Organización Mundial de la Salud (OMS) entregó también ayer cuatro equipos de atención sanitaria de emergencia.

Un avión militar de Estados Unidos llegará hoy con casi 70 personas, incluyendo equipos de desastres de USAID y de búsqueda y rescate, mientras el Gobierno desbloqueo de un primer envío de un millón de dólares. Expertos de la Unión Europea viajarán a la zona afectada y Alemania, Bélgica, Reino Unido y Francia ya prometieron ayudas, mientras que Noruega anunció por su parte el desbloqueo de 3,5 millones de euros.

Un avión fletado por el Gobierno español previsiblemente volará hoy con 30 toneladas de ayuda de emergencia para las víctimas.