Singapur llora a Lee Kuan

Sara romero PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Ciudadanos de Singapur homenajean al fundador del país.
Ciudadanos de Singapur homenajean al fundador del país. TOM WHITE | EFE

Le debe a su ex primer ministro la transformación de un país pobre en un centro tecnológico y financiero de referencia mundial

24 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Singapur le debe a Lee Kuan Yew la mayor parte del brillo con el que sigue deslumbrando al mundo. Durante 31 años, el ex primer ministro dirigió con puño de hierro y gran visión económica la transformación de un país pobre en un centro tecnológico y financiero de referencia mundial. Lee, de 91 años, falleció la madrugada del lunes en un hospital, aquejado de una neumonía grave, y su país llora por él.

Perteneciente a una familia acomodada de origen chino, Lee accedió al poder en 1959, cuando Singapur seguía siendo una colonia británica y el 80% de la población vivía en condiciones de pobreza extrema. Para driblar al colonialismo, en 1963 firmó la entrada de Singapur en la Federación Malasia, de la que se independizó dos años después con el fin de iniciar su llamado «milagro económico» y crear lo que él mismo definió como «un oasis del primer mundo en una región del tercero».

Obsesionado por crear un estado perfecto y competitivo como centro de negocios, cercenó la libertad de prensa, persiguió a sus opositores e impuso condenas desproporcionadas. «Tuve que hacer cosas repugnantes como encerrar a personas sin juicios», declaró a The New York Times. Hoy, su legado comprende un plan de vivienda pública en el que vive el 85% de la población, un sistema educativo bilingüe y gratuito, una de las mayores rentas per cápita del mundo y uno de los índices de corrupción más bajos del planeta.

Líderes de todo el mundo han lamentado su muerte, desde el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, al presidente de EE.UU. Obama definió a Lee como «un verdadero gigante de la historia que será recordado por las próximas generaciones». En China, donde la noticia acaparó los medios estatales, Xi Jinping se refería a Lee como «un viejo amigo del pueblo chino».

Miles de ciudadanos llevaron flores al hospital donde Lee pasó sus últimos días, así como al Parlamento. El Gobierno decretó 7 días de luto oficial previo al funeral de Estado que tendrá lugar el domingo. Será el punto final en la historia de un gran líder que, pese a sus sombras, iluminó de prosperidad económica a un país sin recursos.