El exalcalde de Iguala: «Ya no aguantaba más esconderme»

Michael McLoughlin / Colpisa

INTERNACIONAL

Acusado por la desaparición de los 43 estudiantes, estaba nervioso y demacrado al ser detenido

06 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El mes que José Luis Abarca ha estado huyendo de la Justicia le ha pasado factura. Ha perdido unos cuantos kilos, la sonrisa y también el ánimo. Al ser detenido confesó que no soportaba «tanta presión». «Estoy cansado. Ya no aguantaba más esconderme», dijo a los policías. Sin embargo, no ha soltado la lengua y no ha aportado detalles sobre el paradero de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, el municipio del que él era alcalde cuando ocurrieron los hechos.

Tampoco su esposa, María de los Ángeles Pineda, aportó «datos sustantivos», pero en cambio mantuvo las malas pulgas hasta el final. «¡Ya déjenme, qué se creen!», espetó altiva y despectiva a los policías que intentaron agarrarle del brazo para que entrara en el coche patrulla en el que iba a ser trasladada a la Subprocuraduría Especializada de Investigación en Delincuencia Organizada. Simultáneamente, la Policía Federal detenía como encubridora a Noemí Berumen Rodríguez, amiga de una de sus hijas, una diseñadora gráfica de 25 años madre de una niña que les llevaba provisiones. Noemí, que vivía a pocas calles de distancia de la casa con apariencia de abandonada donde se escondieron los Abarca, fue una pieza clave en la investigación.

Cuando la pareja imperial huyó, la policía comenzó a rastrear su círculo familiar y de amigos. Hallaron ocho propiedades de la familia en Cuernavaca, pero se centraron en Monterrey y en México D. F. En Iztapalaba, uno de los barrios más pobres y con mayores niveles de delincuencia, dieron con Noemí. La siguieron hasta la modesta vivienda de ventanas tapadas con apariencia de abandonada. Vieron cómo de una camioneta descargaba bolsas de supermercado y botellones de agua. Por la noche, se podían ver luces por las ventanas.

La policía entró de madrugada y sin disparar un solo tiro los capturó. En cuanto se conoció el arresto, los familiares de los desaparecidos viajaron para entrevistarse con el fiscal general, Jesús Murillo, que les reveló algunos pormenores de las declaraciones, pero esperaban mejores noticias. El abogado del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, Vidulfo Rosales, admitió que obtuvo información de los interrogatorios, pero que ni Abarca ni Pineda aportaron «datos sustantivos» sobre el paradero de los estudiantes.

Nuevas movilizaciones

Ayer estaba prevista una nueva manifestación de los padres de los estudiantes, que al conocer la detención de la pareja se mostraron insatisfechos, entibiando el autobombo con que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció que serviría para esclarecer el caso. La marcha que debía partir de la residencia de Peña Nieto en México D. F. hasta la céntrica plaza del Zócalo, estará apoyada por universitarios, que con ella dan arranque a otros tres días de huelgas para exigir justicia.

También en Chilpancingo hubo manifestaciones y se volvió a bloquear la autopista de acceso a la la capital de Guerrero.