EE. UU. considera inapropiada la venta de buques de guerra franceses a Putin

Redacción / La Voz

INTERNACIONAL

El jefe del Kremlin alecciona a su país para un incremento de los gastos de defensa ante la «proximidad» de la OTAN

23 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La reunión de los ministros de Exteriores ha puesto en primer plano la venta de armamento que realiza Francia a Rusia. A las quejas indignadas de los representantes sueco, británico y lituano se sumó la del responsable de la diplomacia ucraniana, Pavlo Klimkin, quien aseguró que la venta de buques de combate Mistral a Rusia por parte de París va en contra del Código de Conducta de la UE sobre armamento.

Klimkin, que reclamó un embargo de armas de la UE a Rusia, contó horas después con una ayuda inesperada. La portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, declaró que la entrega de los buques franceses sería «completamente inapropiada» dadas las sospechas sobre la intervención de Moscú en la crisis. «No creemos que nadie deba proveer de armas a Rusia», dijo la funcionaria al tiempo que revelaba que funcionarios de su país han trasladado su preocupación a las autoridades francesas. «Es una cuestión de sentido común», la reforzó un portavoz de la Casa Blanca. «Tenemos suficientes pruebas de que los rusos burlan las reglas internacionales y apoyan los esfuerzos para violar la integridad territorial de países soberanos independientes», insistió.

El primer barco «ya está casi terminado y debe entregarse en octubre», se apresuró a responder Hollande a las críticas. «Los rusos pagaron» y, si Francia se negara a cumplir con la entrega, «tendría que reembolsar 1.100 millones de euros», se defendió. «En este momento, no se han decidido sanciones que obliguen [a Francia] a renunciar», argumentó. Además, «si las hubiera, concernirían solamente a material [militar] futuro. Pero no estamos en ese punto. Veremos cómo se comportan los rusos», afirmó.

Ajeno en apariencia al debate sobre el suministro de armas que se abre en Europa, el presidente ruso, Vladímir Putin, reunió ayer a su Consejo de Seguridad para decirle que Moscú debe reaccionar a la aproximación de la OTAN a sus fronteras. Putin propugnó un aumento de la capacidad de defensa rusa en lugares como la península de Crimea y en el puerto de Sebastopol, base de la flota del Mar Negro.

El presidente ruso se basó en que la Alianza Atlántica ha «reforzado de forma palpable» su presencia en la frontera con su país, especialmente en el Báltico y el Mar Negro. «La envergadura y la intensidad de los operativos y del entrenamiento de combates [de la OTAN] se están incrementando», denunció. La respuesta debe ser «un incremento de la capacidad defensiva en su totalidad y a tiempo».