Obama se implica en la guerra siria

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Un combatiente del Ejército Libre de Siria con una máscara de gas, cerca de Idlib.
Un combatiente del Ejército Libre de Siria con una máscara de gas, cerca de Idlib. Abdalghne Karoof < / span>Reuters< / span>

Washington ayudará con armas ligeras a los rebeldes, que se quejan de que la ayuda es escasa y llega tarde, mientras Rusia y Damasco desmienten el uso de armas químicas

15 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Barack Obama ha dado por sobrepasada la «línea roja» que trazó a Bachar al Asad con el uso de armas química y ha decidido implicarse en la guerra siria al prometer ayuda militar directa a los rebeldes. Un salto cualitativo que puede cambiar el curso de la guerra. El avance de las fuerzas de Al Asad, con el apoyo de la milicia proiraní de Hezbolá, podría haber acelerado la decisión de la Casa Blanca. La decisión no gusta ni a Rusia ni a la ONU, y para Damasco se basa en «mentiras».

La Administración Obama no ha aclarado aún cómo será esa ayuda militar a los rebeldes sirios, antes el presidente lo discutirá con sus aliados en la cumbre del G-8 que se inicia el lunes en Irlanda. Pero los medios estadounidenses adelantaban ayer que la intención de Washington que la CIA entregue a los rebeldes armas ligeras y munición, pero no armamento pesado, a través de Jordania o de Turquía. Pero debe evitar que esas armas caigan en manos de yihadistas leales a Al Qaida.

EE.UU. También baraja la imposición de una zona de exclusión aérea de 40 kilómetros dentro de Siria, pero esto para por ahora improbable, dada su complejidad y coste, unos 50 millones de dólares por día. Según The Wall Street Journal, EE.UU. ya tiene aviones posicionados en Jordania y una flota de vehículos anfibios en el mar Rojo y en el Mediterráneo. El senador republicano John McCain insiste en una implicación mayor y exige una intervención militar. Pero una intervención por tierra es tabú para Obama después de Afganistán e Irak.

«No ayuda», según la ONU

Para Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, el armar a los rebeldes «no ayuda» e insistió en que «el conflicto sirio solo se resolverá con una acción política». Una respuesta similar a la de China, que apuesta por «el diálogo». Obama tomó la decisión después de que la inteligencia confirmara que «el régimen de Al Asad ha utilizado armas químicas, incluido el gas sarín, a pequeña escala contra la oposición varias veces en el último año».

Siria y su principal aliado, Rusia, pusieron en duda las pruebas de Washington. Para Rusia, el informe estadounidense «no es convincente» y «no ayudará a la preparación de la conferencia internacional» de paz de Ginebra. Para Damasco, «la Casa Blanca ha elaborado un informe repleto de mentiras».

Lo que sí saludaron la decisión fue el opositor Ejército Libre Sirio (ELS), pero matizando que la ayuda «llega tarde» y es escasa. «¿Cómo pueden las armas ligeras marcar la diferencia?» ante las bie armadas tropas gubernamentales, dijo Louay al-Mokdad, portavoz del ELS a The New York Times.

El Reino Unido aceptó sin reservas el informe norteamericano y su ministro de Exteriores, William Hague pidió una respuesta internacional coordinada. Alemania y Francia fueron más cautelosas. La primera reiteró su posición de no intervenir, aunque «respeta» la decisión de Washington, y Francia afirmó que esperará «en el momento oportuno» para decidir armar a la oposición.