En su discurso de posesión, en agosto del 2010, Santos afirmó que tenía en su bolsillo «la llave para abrir la puerta de la paz», pero que solo la usaría cuando llegara el momento adecuado.
Aunque el mandatario ha afirmado que no se repetirán los errores de las negociaciones anteriores y anticipó que el Gobierno no suscribirá un alto el fuego, ha enviado mensajes conciliadores a las FARC que no se habían escuchado antes en voz de un presidente.
«No se les puede pedir a las FARC que se arrodillen, se rindan y entreguen las armas. No lo harán. Debe existir una salida, y esta salida debe permitirles participar en la arena política. Esta es una manera en la que se resuelve un conflicto», dijo José Manuel Santos.
El Gobierno ha reiterado que una tregua solo se dará en una tercera fase del proceso, cuando exista pleno acuerdo para la firma de la paz. Sin fijar plazos, Santos también ha afirmado que la negociación no debe durar años sino meses, aunque las FARC manifiestan que no se deben poner «fechas fatales».