Vecinos de Marsella expulsan a los gitanos y queman su campamento

marsella / Afp

INTERNACIONAL

La policía llegó al lugar para separar a unos 30 habitantes y a las familias rumanas, que se retiraron en sus caravanas

29 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Habitantes de un barrio de Marsella (sur de Francia) expulsaron el jueves por la noche a familias gitanas que se habían instalado en las cercanías y quemaron los restos de su campamento.

La policía llegó al lugar para separar a unos 30 habitantes y a las familias gitanas rumanas, que se retiraron con sus caravanas. Poco después, los enseres que dejaron fueron quemados.

Esa acción contra los gitanos, revelada por el diario La Provence, era premeditada, puesto que los habitantes que participaron en ella habían informado a las autoridades de su intención de realizarla si los gitanos, a los acusaban de robos, no abandonaban los alrededores del barrio.

Caroline Godard, de la Asociación Encuentros Gitanos, declaró que está estupefacta por lo ocurrido. Precisó que unas 35 personas se habían instalado en ese campamento hace unos días.

Por su parte, el presidente de la Liga de los Derechos Humanos de Francia, Pierre Tartakowsky, criticó la «regresión extremadamente grave» que supone la expulsión. Esta acción «no surge por casualidad y es extremadamente inquietante», dijo a Efe Tartakowsky. Cuando la gente comienza a hacer justicia por su cuenta, «es el retorno a la ley de la jungla», subrayó, y denunció la «violencia extremadamente bárbara» de la que fueron víctimas unos 40 gitanos, entre ellos, ancianos y niños.

Se estima que en Francia hay alrededor de unos 15.000 gitanos rumanos.

Hollande simplificará los criterios de nacionalidad

El Gobierno de François Hollande anunció ayer que simplificará los criterios para la lograr la nacionalidad francesa, suprimiendo, entre otras cosas, la obligación de tener un contrato de trabajo fijo y la de responder a un cuestionario sobre la historia y la cultura galas.

«Es importante afirmar una fuerte voluntad de integración a través de la naturalización. No hay que temer a esos nuevos franceses, que son una fuerza» para el país, declaró el ministro del Interior, Manuel Valls, de origen español y que consiguió la nacionalidad francesa a los veinte años.

«No se trata de abrir un debate sobre la identidad nacional, sino corregir criterios penalizantes» adoptados en el 2011 por el Gobierno del conservador Nicolas Sarkozy. «El conocimiento de la lengua francesa y la adhesión a los valores» de la República seguirán siendo criterios de decisión, indicó Valls.