Multitudinaria despedida de Vaclav Havel en Praga

EFE

INTERNACIONAL

La ceremonia estuvo presidida por Dominik Duka, arzobispo de la capital.

23 dic 2011 . Actualizado a las 22:25 h.

Miles de checos y decenas de líderes mundiales rindieron hoy un emotivo homenaje a Vaclav Havel en su funeral, cerrando una semana de duelo por la muerte del dramaturgo disidente que encabezó la revolución democrática que en 1989 puso fin a cuatro décadas de comunismo.

El acto, que comenzó a las 12.00 hora local (10.00 GMT) con un minuto de silencio, fue seguido por pantallas gigantes desde los tres patios del Castillo de la capital, en los que se concentraron varios miles de personas.

Reinaba un ambiente de serenidad, después del clima de tristeza y estupor que dominó la semana, en la que decenas de miles de checos han podido decir adiós al ex presidente en sendos velatorios organizados en la Encrucijada de Praga y la Sala de Vladislavo del Castillo.

Durante esta semana lugares históricos de la Revolución de Terciopelo de 1989, así como la plaza de Wenceslao, donde Havel en su día cargó ante miles de personas contra el régimen comunista, se han convertido en espacios de peregrinación espontánea de ciudadanos, que han depositado flores y encendido velas en su honor.

La solemne ceremonia, oficiada en lengua checa, estuvo acompañada de los acordes del «Requiem» de Antonin Dvorak, interpretado por la Filarmónica Checa, bajo la batuta de Jiri Belohlavek, y el Coro Filarmónico de Praga, dando un toque de distinción a estas exequias.

Entre los presentes se encontraban la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y su marido, Bill Clinton; el primer ministro británico, David Cameron; el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; los presidentes de Hungría, Eslovaquia, Austria y Alemania, así como otros muchos dignatarios europeos.

Este funeral de Estado, de gran belleza litúrgica, pompa y colorido, no había tenido antes lugar con ninguno de los presidentes checos, debido a que fueron en su mayoría alejados de la religión católica.

La ceremonia estuvo presidida por Dominik Duka, arzobispo de Praga, acompañado por todos los obispos de las diócesis de Bohemia y Moravia, así como por el antiguo nuncio apostólico Giovanni Coppa, portador de un mensaje de Benedicto XVI.

«Me uno a todos los reunidos en la catedral de San Vito para el funeral. Recuerdo la valentía con la que Havel defendió los derechos humanos en un tiempo en el que eran sistemáticamente negados a la población de su país», leyó Coppa las palabras del papa.

En la homilía, Duka recordó ante el féretro: «Todo el relato de tu vida fue un milagro. Contra todo pronóstico, creo que se cumplieron todos tus sueños», entre los que citó la caída del Muro de Berlín y la libertad de la opresión soviética.

A los que afirman que Havel mantenía una actitud fría hacia la religión, Duka respondió: «Tengo claro que no fuiste un agnóstico, como alguna vez pareció y a muchos les parecerá todavía».

El purpurado, que durante el comunismo estuvo recluido con Havel en la misma celda, en la que compartieron confidencias y partidas de ajedrez, agradeció al antiguo disidente «por esos momentos en prisión y por la libertad» posterior.

Tras la ceremonia hubo todavía discursos del jefe de Estado checo y encarnizado rival político, Vaclav Klaus; del ministro de Asuntos Exteriores, Karel Schwarzenberg; de la antigua secretaria de Estado estadounidense, la checo-americana Madeleine Albright, y del obispo auxiliar de Praga Vaclav Maly, quien se hizo cargo del último responso por el alma de Havel.

«Le vamos a echar muchísimo de menos, y jamás le olvidaremos», dijo una emocionada Albright.

Klaus destacó que el legado del escritor, sobre todo su lucha por la libertad y la democracia, no debe perderse.

Miembros del Ejército se llevaron a las 14.07 horas, tras una ceremonia de dos horas, el cuerpo de Havel, que esta tarde será incinerado en el crematorio de Strasnice, después de una ceremonia familiar e íntima en la que se oirán las melodías preferidas de Havel.