Tahrir dice no a la Junta Militar

Susana Samhan EL CAIRO / EFE

INTERNACIONAL

Decenas de miles de egipcios salen a la calle para exigir el traspaso del poder a los civiles

19 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Decenas de miles de egipcios se manifestaron ayer en la plaza cairota de Tahrir, símbolo de la revolución del 25 de enero, para pedir el traspaso del poder a los civiles y protestar contra las prerrogativas que se quiere reservar la Junta Militar en la nueva Constitución.

En un ambiente festivo, hombres y mujeres de todas las edades y numerosas familias con niños abarrotaron la plaza del centro de El Cairo, que se tiñó de rojo, blanco y negro, los colores de la bandera egipcia. Destacó la importante presencia de islamistas, algunos de ellos con barbas largas y galabiyas (túnicas) y ellas con niqab (velo que tapa la cara), que repartían propaganda de partidos salafistas como Al Nur y pedían la liberación de presos políticos. Aun así, también acudieron jóvenes revolucionarios, con pañuelos palestinos liados al cuello, y ciudadanos no vinculados a partidos.

Todos ellos se concentraron ayer en Tahrir en una manifestación convocada por grupos laicos y los Hermanos Musulmanes para protestar contra el borrador de principios, un texto previo que la junta intenta imponer a la comisión encargada de redactar la Constitución. En ese borrador se incluyen 23 puntos que debería respetar necesariamente la nueva Carta Magna, y los más controvertidos hacen alusión directa al papel de los militares y a la autonomía respecto al poder ejecutivo que le será garantizada.

Para el abogado de Mansura (ciudad del norte) Ashraf Abdel Razeq, «el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas es una parte del régimen de Mubarak corrupta y que provoca corruptelas, que intenta robar la voluntad del pueblo egipcio». El jefe de la Junta Militar, mariscal Huseín Tantaui, «fue durante 20 años el mariscal de Mubarak. Tenemos que diferenciar el Consejo del Ejército, porque nadie puede insultar al Ejército», dijo Razeq, de unos 60 años y vestido con traje de chaqueta.

Junto a una de las tribunas, la profesora Somaia Galal, de 45 años, escuchaba atenta las consignas de los oradores junto a su hija Yasmín, de 17 años. «Hicimos una revolución, Mubarak se marchó, pero su régimen todavía sigue con el Consejo militar. Queremos que los militares traspasen el poder a los civiles», afirma Somaia, ataviada con un hiyab (velo que cubre el cabello). Pese a sus quejas, se mostró optimista sobre las próximas elecciones. «La gente de la calle tiene las ideas muy claras, sabe lo que quiere y elegirá a dirigentes que hagan algo por el país», afirmó la profesora.

Todos los manifestantes consultados expresaron además su preocupación por el deterioro de situación económica tras la revolución, aunque hoy en Tahrir numerosos vendedores ambulantes hicieron negocio vendiendo banderas egipcias, comida y refrescos.

Una transición sin fecha final

El día 28 está previsto que comiencen las elecciones legislativas, que se espera que sean los primeros comicios democráticos de la historia de Egipto, con vistas a formar un Parlamento del que deberá salir la nueva Constitución. El Ejército, que gobierna desde la caída de Mubarak el 11 de febrero, prometió devolver el poder a los civiles cuando acabe la transición y se elija a un nuevo presidente. Pero aún no hay fecha para esas elecciones, y el plazo podría prolongarse hasta finales del 2012, incluso del 2013.

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