El mayor narco del mundo envía a su esposa a dar a luz a Estados Unidos

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El Chapo Guzmán, , por el que las autoridades ofrecen cinco millones de dólares a quien proporcione información que pueda ayudar a detenerlo, ha sido padre de mellizas nacidas en Lancaster

28 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Parecería que estar en la lista de los más buscados por las autoridades estadounidenses debería limitar la movilidad de la persona en cuestión e incluso la de sus familiares próximos. Pero en el caso del Chapo Guzmán, principal narcotraficante del mundo y poderosísimo jefe del cartel mexicano de Sinaloa, no es así.

Este hombre, por el que las autoridades estadounidenses ofrecen cinco millones de dólares a quien proporcione información que pueda ayudar a detenerlo, ha sido padre recientemente. La cosa no tendría mayor importancia si no fuera porque sus dos hijas mellizas han nacido en EE. UU., exactamente en el hospital Valle del Antílope, en el condado californiano de Lancaster.

Nada en la vida de este hombre se atiene a los cánones. Convertido ya en el principal suministrador de cocaína colombiana en EE. UU., Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, más conocido como el Chapo debido a su escasa altura, sobornó en el 2001 a los guardias de la prisión en la que estaba encerrado desde 1993 y se escapó escondido en un cesto de ropa sucia. En el 2007, cuando en teoría era el hombre más buscado de México, celebró su cuarta y fastuosa boda con Emma Coronel, sobrina de uno de sus socios en el cartel de Sinaloa, el mismo día en el que ella cumplía 18 años,

El pasado mes de julio, la antigua reina de belleza Emma Coronel, que tiene las nacionalidades mexicana y estadounidense, viajó desde México a California cuando ya estaba en las últimas semanas de su embarazo. El 15 de agosto daba a luz a su primera hija y un minuto después, a la segunda. Las autoridades norteamericanas han informado de que hicieron un seguimiento del viaje de la joven mujer desde que entró en el país hasta que unos días después del parto lo abandonó con sus hijas. También han explicado que no podían detenerla porque no hay ninguna acusación contra ella, y que tampoco la interrogaron sobre el paradero de su marido porque la dificultad para dar con él no es tanto saber dónde está, sino evitar al ejército de hombres armados que lo protegen continuamente.