La carrera por el pastel

INTERNACIONAL

16 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La carrera por cobrar a los rebeldes los esfuerzos por liberarlos de Gadafi comenzó con dos destacados esprínteres, Sarkozy y Cameron. Erdogan tuvo que conformarse con la medalla de bronce, pese a que optaba al oro. Si el francés y el británico fueron los primeros en defender la insurrección, tenían claro que debían ser los primeros en empaparse del calor popular antes de hablar de negocios. Y, a un año del duelo electoral en Francia, Sarkozy no podía dejar pasar la oportunidad.

El rezagado Berlusconi, enfrascando en sus problemas caseros, lleva más de un mes desmintiendo que exista una carrera colonialista entre Roma y Parços para ver quién llegaba primero. Pero ni Il Cavaliere ni Erdogan quedarán exentos del goloso pastel libio. Ya hace tiempo que lo líderes rebeldes sentenciaron que los países que los ayudaron serán recompensados con ventajosas licitaciones de contratos petroleros. El pastel es demasiado apetitoso y hasta China ha tenido que dar el brazo a torcer y legitimar a los rebeldes.