El principio del fin del omnipotente Il Cavaliere

La Voz

INTERNACIONAL

14 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En las últimas semanas todo parece indicar que en Italia se cierra la época del omnipotente Silvio Berlusconi, para abrirse otra en la que el centroizquierda, si sabe jugar con inteligencia sus cartas, podría ser de nuevo protagonista.

Las elecciones municipales de Milán y ahora el referendo confirman que el tiempo de vanas promesas llega a su fin. No será mañana, ni tal vez pasado mañana cuando Silvio Berlusconi desaparezca de la vida política italiana, pero algo ya está cambiando, sobre todo en la gente. Las excusas ya no sirven, porque tras casi 10 años en el Gobierno, con el pequeño paréntesis de dos años de Romano Prodi, el país se encuentra cansado y exhausto. La crisis ha golpeado a las clases más desfavorecidas, mientras una élite se ha enriquecido sin pudor. Las tan anunciadas reformas nunca se han materializado y tan solo se han visto recortes en la sanidad, en la educación y en los servicios sociales.

Ver a familias, ancianos, monjas y curas y, sobre todo, a tantos jóvenes que el domingo y el lunes acudían a votar, es un síntoma de esperanza. Ha sido una campaña en la que la televisión tradicional ha estado ausente mientras se movilizaban las redes sociales con un tamtam popular que llenó de banderas las ventanas de las casas. Ha habido una participación de ciudadanos de a pie como no se veía desde hace muchos años.

Algunos ya empiezan a abandonar el buque. Mientras la Iglesia invitaba a sus fieles a acudir a votar y los empresarios criticaban la política económica del Gobierno, la subsecretaria Daniela Santanché y Flavio Briatore tachaban a Berlusconi -quien propugnó la abstención- y su bunga bunga de enfermedad. El principio del fin.