El cese de la ministra de Exteriores gala se da por hecho en el Elíseo

esperanza suárez PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

26 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El cese de Michèle Alliot-Marie como ministra de Exteriores francesa es inminente. Nicolas Sarkozy ha decidido que no puede afrontar la presidencia del G-20 y del G-8 con el prestigio de la diplomacia francesa por los suelos. La ministra que confraternizó con el régimen de Ben Alí en plena revuelta tunecina se ha negado a dimitir hasta el último minuto.

Dos ministros han confirmado la inminente remodelación del Gobierno francés mañana o el lunes, cuando Alliot-Marie regrese de su viaje a Kuwait, y Sarkozy, de Turquía. Su sustituto en Exteriores será probablemente el actual titular de Defensa, Alain Juppé, aunque ayer se confirmó que el presidente galo ofreció el puesto el jueves a su enemigo de siempre, el ex primer ministro Dominique de Villepin.

La salida del ministro Ollier

También se da por segura la salida del Gobierno del compañero de Alliot-Marie, el ministro de Relaciones con el Parlamento, Patrick Ollier, que la acompañó en sus polémicas vacaciones navideñas en Túnez y mantiene además desde hace años una estrecha relación con Gadafi.

Según diversas fuentes que cita la prensa francesa, la ministra se negó el jueves a presentar su dimisión durante la reunión que mantuvo con Sarkozy en el Elíseo, al decir: «No he hecho nada ilegal».

El presidente ya había decidido a principios de semana que ella no representaría a Francia ante las nuevas autoridades tunecinas. Será la ministra de Economía la que realice el martes el primer viaje oficial desde la caída del dictador.

Michèle Alliot-Marie está en la cuerda floja desde que se conocieron sus peripecias tunecinas. Mientras la policía del dictador disparaba contra los manifestantes, la ministra disfrutaba de la hospitalidad de un millonario muy próximo al régimen.