Aumenta la tensión en Buenos Aires al proseguir la ocupación de terrenos públicos y privados

Agustín Bottinelli BUENOS AIRES/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Miles de habitantes de asentamientos marginales se trasladan hacia solares desocupados para instalarse y desde allí presionar al Gobierno

15 dic 2010 . Actualizado a las 02:13 h.

La ocupación de terrenos públicos y privados en el sur de la ciudad de Buenos Aires y en el cinturón industrial bonaerense no se detiene. Miles de habitantes de asentamientos marginales se trasladan hacia solares desocupados para instalarse y desde allí presionar al Gobierno de la ciudad y al nacional con el fin de obtener una vivienda o un subsidio.

Ayer se conoció la cifra del censo que se realizó en el parque indoamericano, un predio público de cien hectáreas que fue invadido por miles de familias llegadas de barrios de chabolas cercanos al lugar: en total, son 13.333 personas, de las cuales más de cuatro mil están indocumentadas.

La mayoría son ciudadanos bolivianos, lo que hizo decir al presidente Evo Morales que «si quieren tierras que vengan aquí. Tenemos tierras estatales y se las vamos a entregar». Morales agregó que su Gobierno tampoco permitiría que los extranjeros «asaltaran» terrenos bolivianos y agregó que «se equivocaron, pues hacen quedar mal a la gente digna y sana que trabaja bien en el país vecino».

La situación es preocupante porque a cada ocupación de tierras le sucede un alzamiento de los vecinos del lugar que se niegan a que se consume. Sin embargo, el Gobierno de Cristina Fernández insiste en no usar las fuerzas de seguridad para desalojar los terrenos, y el propio jefe de gabinete, Aníbal Fernández, aseguró ayer que «ocupar tierras públicas no es delito», algo que fue interpretado como una convocatoria a la impunidad para seguir con los asentamientos improvisados.

El clima de crispación se dispara por momentos y ya comenzaron los primeros intentos de saqueos a los hipermercados, recordando los trágicos episodios de diciembre del 2001. Los vecinos de los terrenos usurpados temen por sus casas y se organizan para montar guardias por temor a que sean ocupadas por los grupos de chabolistas.

Mientras tanto, Cristina Fernández acusó al ex presidente del país y uno de los principales líderes peronistas, Eduardo Duhalde, de estar detrás de estos movimientos sociales. Por su parte, Duhalde respondió asegurando que desde el Gobierno quisieron ponerle una zancadilla a Macri y «les salió el tiro por la culata».