Pekín silencia el Nobel de la Paz

Marga Zambrana PEKÍN/EFE.

INTERNACIONAL

A la censura y a las masivas detenciones de disidentes se une el control policial a la esposa de Liu Xiaobo

10 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La esposa del nuevo Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, se dirige custodiada a la prisión donde él cumple condena para informarlo de la noticia, mientras que el régimen comunista censura el galardón en la prensa y continúa con la detención de miembros de la mermada disidencia política china.

Escoltada por la policía, Liu Xia, esposa del nobel Liu Xiaobo, viajó ayer por la mañana a la prisión de la localidad de Jinzhou, a 480 kilómetros al nordeste de Pekín, donde el disidente y crítico literario de 54 años fue trasladado en mayo para cumplir su condena de once años por exigir democracia en su país. Ayer fue imposible contactar con ella. Una oenegé proderechos humanos con sede en Hong Kong confirmó anoche la llegada a la ciudad de Liu Xia, y que esperaba reunirse hoy con su marido.

Según el periodista disidente Wang Jinbo, Liu Xia negoció su visita a la prisión tras acordar con las autoridades que la mantenían bajo vigilancia domiciliaria que no se reuniría con la prensa que esperaba a la entrada de su apartamento pequinés tras conocerse el viernes la concesión del Nobel. De hecho, los policías consiguieron sacarla de la vivienda de manera inadvertida para el centenar de periodistas que allí esperaban.

La poetisa, de 49 años, concedió el viernes entrevistas telefónicas a varios medios y envió un comunicado en el que agradecía el premio otorgado a Liu y pedía su liberación. Su teléfono dejó de funcionar esa noche.

Ayer por la mañana, la seguridad en torno a la prisión de Jinzhou se intensificó y los accesos a la localidad fueron bloqueados. Varios periodistas de Hong Kong que llegaron a Jinzhou para buscar a la esposa del Nobel fueron detenidos, interrogados y obligados a salir de la localidad, informó Wang.

Detenciones de disidentes

Mientras tanto, el régimen comunista prosigue implacable la campaña de detención de activistas que inició a las cinco de la tarde de ayer, hora local, en la que se supo en China que el premio había sido otorgado a Liu, a pesar de las amenazas previas de Pekín a la Academia Nobel y del Gobierno de Oslo.

Son ya decenas los abogados de derechos humanos, intelectuales, disidentes y firmantes del manifiesto político Carta 08, redactado por el Nobel de la Paz, detenidos por haber expresado en algún momento su solidaridad con Liu, según informó el letrado Teng Biao. La agencia Efe perdió contacto con este abogado proderechos humanos ayer, cuando, según los testigos, varios agentes se lo llevaron.

El activista Liu Dejun dijo que se están cumpliendo los peores pronósticos en cuanto a la reacción del régimen chino ante el Nobel: «Van a ser más duros con nosotros, pero vamos a resistirlo. Ellos [el Gobierno] se comportan como una mafia». Las detenciones se están realizando principalmente en Pekín, pero también en otras ciudades del país, como Shanghái o Jinan.

Censura del régimen

Mientras tanto, 1.300 millones de chinos viven ajenos a todos estos hechos gracias a la potente censura que el régimen ejerció ayer en las portadas de los diarios, donde no aparece ni una sola mención al nuevo premiado con el Nobel de la Paz. El aparato censor ha reservado el premio concedido a un «delincuente chino» a los artículos editoriales que repiten el comunicado hecho público el viernes: el Nobel es una «blasfemia».

En los grandes portales de Internet, Sina o Sohu, las palabras Nobel de la Paz o Liu Xiaobo no llevaban a ningún lado y muchos internautas, acostumbrados a la censura, evocaban a Liu de manera soslayada. La televisión oficial no dijo nada sobre la concesión, y los reportajes de las cadenas extranjeras fueron censurados. Desde la noche del viernes, los mensajes por teléfono móvil que contenían el nombre de Liu no llegan a sus destinatarios.