Bruni intenta eclipsar a Villepin

Esperanza Suárez

INTERNACIONAL

Dice que no quiere que su marido se presente a la reelección el día en que el ex primer ministro presenta un nuevo partido para retar a Sarkozy en el 2012

26 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Carla Bruni no desea que su marido se presente a la reelección. La primera dama de Francia asumirá, sin embargo, la decisión que tome en su momento Nicolas Sarkozy, que ahora mismo intenta recuperar el control de su partido mientras su enemigo declarado, el ex primer ministro Dominique de Villepin, le planta cara con una nueva formación política.

La tensión de la vida diaria en el palacio del Elíseo es perjudicial para la salud. Carla Bruni teme por la de su esposo y quiere pasar con él lo que les queda de vida «con una cierta paz». En una entrevista en el número de L e Figaro Madame que llegará mañana a los quioscos, en el que ejerció de redactora jefe, se declara dispuesta a defender con uñas y dientes al presidente, «alguien que me protege de mí misma y del mundo». Se disgusta cada vez que los medios de comunicación lo critican: «Sé que es la tradición, pero muchas veces me enoja y me indigna».

Contra los rumores

Desprecia «a los seudoperiodistas que se sirven de los blogs como fuente creíble», especialmente después de que un rumor vía Internet llegara a las primeras páginas de los periódicos anunciando un doble adulterio en la pareja presidencial, ella con el cantante Benjamin Biolay, él con la secretaria de Estado de Ecología, Chantal Jouanno.

«El hecho de que se retome un rumor sin fundamento difundido por una fuente anónima me parece una desviación de la democracia y un peligro para la credibilidad de una profesión cuyo sentido es la integridad en la información», afirma la primera dama, que quiere que Sarkozy abandone el Elíseo en mayo del 2012.

En eso coincide con Dominique de Villepin. El ex primer ministro presentó ayer un nuevo movimiento político en la derecha que se plantea hacer más difícil la reelección de Sarkozy en las próximas presidenciales.

Sin mencionar ni una sola vez a su enemigo, Villepin dijo sentirse «incómodo con la política que lleva ahora la mayoría» y haber oído «el mensaje de los franceses» con la derrota conservadora de la derecha en las regionales, que interpreta como «de desconfianza y exasperación y un voto de sanción contra la progubernamental UMP».

«He decidido crear un movimiento político, libre e independiente, abierto a todos, superador de las divisiones partidistas que podrá reunir todas las buenas voluntades», anunció.

Con vistas a las presidenciales

El ex primer ministro no quiere hablar de momento de su propia candidatura, aunque sus próximos reconocen que «es la presidencial la que está en el punto de mira». Su partido se constituirá oficialmente en junio, como paso previo para obtener una estructura jurídica y financiera que le permita concurrir a las elecciones.

El fichaje de su amigo Georges Tron como nuevo responsable de Función Pública en el nuevo Gobierno no ha sido recibido como un gesto de conciliación. Rivales por la sucesión de Jacques Chirac al frente de los conservadores, Sarkozy ha llevado a Villepin a los tribunales acusándolo de difamarlo con unos falsos listados en los que su nombre aparecía como titular de una cuenta de blanqueo de dinero. La Justicia lo declaró inocente hace dos meses, pero queda pendiente ahora el recurso presentado por el presidente de la República.

No es el único problema de personalidades que Sarkozy tiene que afrontar estos días. Su primer ministro, François Fillon, desmintió ayer solemnemente en el Senado cualquier rivalidad o divergencia con su jefe de filas porque «es falso y fruto de la manipulación». Los últimos sondeos lo sitúan por delante de Sarkozy como candidato favorito de la derecha.