Los presidentes de Estados Unidos y de Rusia, Barack Obama y Dimitri Medvédev, no lograron cerrar ayer por la tarde en Copenhague un acuerdo sobre desarme nuclear que sustituya al tratado START de 1991, que expiró a principios del presente mes, pese a que por la mañana diversas fuentes rusas lo dieron por seguro. Pese a las discrepancias que todavía subsisten, ambos dirigentes trataron de transmitir tranquilidad. Obama declaró que sus países estaban «bastante cerca» de un acuerdo y Medvédev señaló que quedaban «algunos detalles técnicos» por solucionar.
Es más, Obama señaló que ambas partes habían realizado «excelentes progresos» en las negociaciones y agradeció su postura a Medvédev, a quien calificó como «un interlocutor muy eficaz». El presidente ruso no quiso quedarse atrás en el mensaje. Aclaró que los «detalles técnicos pendientes deben terminarse». «Espero que lo hagamos bastante rápido», indicó. Según quiso hacer creer, «nuestras posiciones son muy cercanas y casi todos los puntos que fueron objeto de discusión estos últimos meses fueron solucionados», agregó.
El consejero diplomático de Medvédev, Serguéi Prikhodko, precisó a las agencias rusas que los negociadores iban a «hacer una pausa» en los próximos días. Los trabajos finales se reiniciarán en enero, añadió sin más precisiones. Un alto responsable estadounidense confirmó, por su parte, que las negociaciones iban a continuar en enero del 2010. Esto contradice el calendario establecido inicialmente, ya que rusos y estadounidenses esperaban poder firmar un acuerdo antes de fin de año.
En la cumbre entre Obama y Medvédev que celebraron en julio en Moscú, se fijó como objetivo que el nuevo tratado, que tendría una vigencia de diez años, reduciría el número de cabezas nucleares de cada país a entre 1.500 y 1.675 en sus primeros siete años. Sus vectores o proyectiles para su lanzamiento se reducirían también a un máximo de entre 500 y 1.000. Actualmente, Estados Unidos tiene 5.576 cabezas nucleares y 1.198 portadores, mientras Rusia dispone de 3.909 cargas atómicas y 814 vectores, según la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
Por la mañana, fuentes diplomáticas rusas habían asegurado a la agencia Interfax que Moscú y Washington habían acordado lo que denominaron como «los parámetros del nuevo tratado de desarme nuclear». En cambio, mostraron dudas sobre el trabajo técnico de redacción y preparación del nuevo tratado, al que calificaron de muy arduo.
Delegados de los dos países negocian en Ginebra desde hace seis meses.