Los cinco errores del pasado que evitó el presidente

T. L.

INTERNACIONAL

10 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En 1994 el ex presidente Bill Clinton llevó ante el Congreso de su país el que muchos consideran el mejor plan de reforma sanitaria de la historia estadounidense. El texto no llegó ni siquiera a ser debatido. Sin embargo, este fracaso serviría a Obama años más tarde para evitar errores que el The New York Times resumía así.

Error número uno: Conoce bien a tus votantes. Al contrario que en el plan de Clinton, Obama nunca hizo hincapié en los apenas 40 millones de estadounidenses que carecen de seguro médico sino en la inmensa mayoría que sí está asegurada. A ellos han ido dirigidos la mayoría de los mensajes como, por ejemplo, la anunciada rebaja de tarifas.

Error número dos: La rapidez es fundamental. Este punto ha sido una de las máximas del actual presidente, quien desde el principio se ha empeñado en poner una fecha límite a la aprobación del plan. Persigue así evitar que el desgaste de la opinión pública acabara con la reforma tal y como pasó en los noventa.

Error número tres: Deja que el Congreso haga su trabajo. Precisamente el deseo del anterior ex presidente de monopolizar incluso hasta el último detalle de la ley fue uno de los principales motivos de su fracaso. Obama, en cambio, ha preferido que sean los congresistas quienes discutan los detalles, si bien esta flexibilidad ha traído la división de su partido.

Error número cuatro: Sienta a todo el mundo en la mesa. Haciendo caso de la máxima que aconseja unirse a ellos, Obama siempre ha querido contar con la colaboración de los llamados grupos de interés. El hecho de que ninguna de las partes haya abandonado la mesa de negociaciones es hasta el momento su mayor éxito.

Error número cinco: No existe un plan perfecto. Esta es la lección más importante. Quizá por eso Obama ha jugado hasta ahora con una flexibilidad que, si bien no es compartida por todo sus compañeros de partido, podrían permitirle pasar a la historia como el único presidente capaz de hacer aprobar una reforma sanitaria.