Todos querían una fotografía y un autógrafo

Henry Orrego

INTERNACIONAL

20 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ni los jefes de Estado ni los altos funcionarios que asistieron a la quinta Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago escaparon a la Obamamanía y afanosamente buscaron aparecer en fotos con el presidente estadounidense, provocando más de un incidente.

Barack Obama se mostró afable y complaciente con los pedidos e intercambió breves palabras con los solicitantes, mientras su equipo de seguridad permanecía siempre atento.

La fiebre la desató el venezolano Hugo Chávez, uno de los más críticos hacia Washington, cuya imagen del viernes saludándose con Obama fue portada en muchos diarios. Otros presidentes del bloque de la Alternativa Bolivariana para las Américas también aprovecharon para retratarse con el líder estadounidense.

Así, Obama quedó inmortalizado del brazo del nicaragüense Daniel Ortega, intercambiando sonrisas con el ecuatoriano Rafael Correa y estrechando la mano de Evo Morales, de Bolivia.

Del otro lado, los mandatarios más cercanos a Estados Unidos también aprovecharon la oportunidad. El salvadoreño Antonio Saca, que estuvo en la mesa de sesiones a la izquierda de Obama, aprovechó para conversar con él mientras su canciller, Marisol Argueta, servía de intérprete. Obama la felicitó por su acento. «Es que estudié en EE.?UU.», le confesó ella. El cantante salsero y ministro de Turismo de Panamá, Rubén Blades, también se fotografió con él.

En el almuerzo, el presidente estadounidense estuvo al lado del aliado colombiano Uribe, quien después mostró orgulloso un papel sobre los temas que hablaron: «Muy amablemente me impuso su firma con una amable dedicatoria». «Para el presidente Uribe, con admiración», reza la dedicatoria, escrita en inglés. Para no ser menos, los jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (Caricom) aprovecharon el momento de la foto oficial para pedir posar a solas con Barack Obama.