La vida después de McCain

Tatiana López

INTERNACIONAL

Mermado tras los desastrosos resultados del 4-N, el Partido Republicano afronta la ardua tarea de la reconstrucción y la búsqueda de un nuevo tipo de liderazgo

24 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando el de 4 noviembre John McCain aceptó la victoria de Barack Obama, su derrota no solo marcaba el fin de una campaña electoral, sino también el inicio de una nueva era en un partido, el republicano, a quien los ocho años de George W. Bush y los desastrosos resultados en las urnas han obligado a replantearse su futuro.

Un nuevo camino que se inició el pasado día 13 en Miami, donde 26 gobernadores conservadores trataron de dar respuesta a la única pregunta presente en la mente de todos: ¿Cuál es el rumbo a tomar para volver a la cima? Para contestarla, los republicanos deben decidir sobre tres asuntos clave. El más inmediato, qué tipo de oposición desarrollarán en los próximos cuatro años, conseguía afilar ya divisiones en la reunión donde los ataques de Sarah Palin a Obama irritaron a muchos de sus colegas más acordes con el espíritu bipartidista del presidente electo.

Sin embargo, no solo la relación con Barack Obama definirá el futuro de este partido creado en 1845 y con tendencia a reinventarse cada vez que la ocasión lo requiere. Así lo hizo Richard Nixon cuando a finales de los años sesenta introdujo los llamados valores «social conservadores» convencido del efecto que este giro al conservadurismo tendría en una sociedad hambrienta de moral. Del mismo modo actuó también Ronald Reagan, paladín de la resurrección post Watergate y cuya imagen sigue todavía resonando como la más influyente entre los republicanos. Un legado al que muchos invocan ahora como la perfecta comunión entre el músculo y el cerebro, y que naufragó definitivamente el 4-N cuando Obama conseguía imponerse por 18 puntos entre todos los votantes con titulación superior.

Precisamente saber cómo recuperar ese electorado -que supone un cuarto de la población total- se ha convertido en el segundo gran reto de los republicanos, a quien la figura de la gobernadora de Alaska alejó temporalmente de los grandes intelectuales conservadores.

Pero de todas las decisiones importantes que el partido del elefante tomará de aquí al 2012, las más crucial tendrá lugar en enero. Será entonces cuando los 168 delegados republicanos elegirán al que será su nuevo presidente en el Comité Republicano Nacional. Un puesto ocupado ahora por Mike Ducan, antiguo peón de Bush, y a quien la mayoría de sus compañeros desean sustituir como parte del proceso de renovación. Candidatos a sucederle no faltan: desde un par de celebridades locales a varios veteranos del Capitolio

La lista para suceder a McCain, de cara a la cita electoral del 2012, es más larga: Sarah Palin, Mitt Romney o el gobernador de Luisiana, Bob Jindal, ya suenan como favoritos.