Sudamérica se llamará Unasur

Arturo Lezcano

INTERNACIONAL

23 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

En abril del 2007 los países de América del Sur se reunían en isla Margarita para sortear uno de los obstáculos que atenazan el desarrollo del subcontinente: el reparto de energía. Se anunció entonces la construcción del gasoducto que uniría Venezuela con Argentina y que sería el símbolo físico de la unión sudamericana.

Pero enseguida surgieron las dudas de su viabilidad por la endeble relación entre países, y así resurgió una de las viejas aspiraciones de la región: potenciar un grupo de concertación económica y política que trascienda el Mercosur (Cono Sur más Brasil) y la Comunidad Andina de Naciones. Es decir, un grupo que englobe a un territorio que se convertiría en la quinta potencia de la Tierra. Esa alianza, compuesta por los doce países sudamericanos, incluyendo Surinam y La Guyana, firma hoy su tratado constitutivo en Brasilia con el nombre de Unasur.

Con aspiraciones más próximas a las del Tratado de Roma que a las experiencias previas en América, Unasur riega la semilla sembrada en el 2004 en Cuzco, donde se proyectó su antecesora Comunidad Sudamericana de Naciones. Existe la esperanza de que Unasur consiga aglutinar a un subcontinente con fronteras muy borrosas a juicio de algunos presidentes (los bolivarianos) y con profundas diferencias de criterio entre Gobiernos, lo que provoca desencuentros diplomáticos.

De momento, las tiranteces tras la muerte del dirigente de las FARC Raúl Reyes ha provocado que Colombia renuncie a la primera presidencia del grupo, aunque Uribe muestra su disposición a colaborar y saluda la presidencia de su sustituto, Chile. Curiosidades de las cumbres, Uribe se aloja en el mismo hotel que Chávez y Correa. Será de lo poco que compartan, además de la firma del tratado.

El proyecto nace con consenso y con apuestas institucionales concretas: Unasur tendrá una secretaría general con sede en Quito y un parlamento en Cochabamba. En el futuro creen todos los presidentes y especialmente los bolivarianos y Brasil. Su canciller, Celso Amorim, el anfitrión, destacó que es el primer tratado entre varios países desde la creación de Mercosur en 1991.