Se trata de la primera crisis internacional a la que se enfrenta la F-104, que fue entregada a la Armada española en marzo del 2006. No supone esta coyuntura, no obstante, ningún tipo de obstáculo, ya que se da por hecho que la dotación a bordo del navío -con un 40% de gallegos, aproximadamente- se encuentra perfectamente preparada para las misiones que se le puedan encomendar. De hecho, se considera que, en lo que respecta a la fragata, desde el punto de vista militar la situación no es especialmente exigente.
Plataforma de proyección
En un hipotético escenario del uso de la fuerza para la resolución del secuestro, algo que ayer continuaba viéndose como una posibilidad remota, la F-104 jugaría el papel, fundamentalmente, de plataforma de proyección de equipos especiales de infantería de marina, que serían los encargados de actuar. No se descarta tampoco que, sin llegar a la acción física, también puedan partir desde la Méndez Núñez en embarcaciones neumáticas integrantes de los mencionados equipos para realizar labores de inteligencia. En otras palabras, acercarse de forma sigilosa al Playa de Bakio para obtener más información sobre los piratas, como su número exacto, la existencia o no de paramilitares de otras naciones entre sus filas, la clase de armamento que utilizan o la frecuencia con la que se producen los relevos para el control de los rehenes.