Italia abre el primer juicio por uno de los vuelos secretos de la CIA

María Signo CORRESPONSAL EN ROMA

INTERNACIONAL

Una jueza procesará a agentes italianos y norteamericanos por el secuestro de un imán Prodi aún no ha cursado la petición de la extradición de los espías de EE.UU.

16 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

El secuestro del imán Abu Omar será el primer caso de los llamados «vuelos de la CIA» que sea juzgado por un tribunal, después de que la jueza italiana Caterina Interlandi decidiera ayer sentar en el banquillo a una treintena de personas, entre las que están ex responsables de los servicios secretos de Italia y 26 agentes de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. Después de un mes de audiencias preliminares, la magistrada mantuvo los cargos contra 33 imputados y fijó el inicio del juicio para el próximo 8 de junio. En el banquillo se sentará la cúpula del espionaje italiano cesada por el Gobierno de Romano Prodi, entre ellos Nicoló Pollari, que dirigió los servicios secretos (Sismi), y su número dos, Marco Mancini. Ambos están acusados de autorizar la colaboración de sus agentes en el secuestro en el 2003 en Milán del imán egipcio Hasán Mustafá Osama Naser, alias Abu Omar. Tras ser interrogado y torturado, la CIA llevó al imán a El Cairo, donde lo entregó a las autoridades de Egipto. El anterior responsable de la CIA en Italia, Jeff Castelli, y su hombre en Milán, Robert Seldon Lady, serán juzgados en rebeldía, ya que que el Gobierno romano aún no ha solicitado a Washington su extradición ni la de los otros agentes imputados, petición que con toda seguridad será rechazada. Críticas La actitud del Ejecutivo de centro izquierda ha sido muy criticada. Desde hace meses, en la mesa del actual ministro de Justicia, Clemente Mastella, está el documento de la fiscalía de Milán que solicita la extradición de los agentes norteamericanos sin que le de curso. Para su colega del Ministerio de Infraestructuras, Antonio Di Pietro, ex fiscal anticorrupción de Manos Limpias en los años 90, Prodi «se equivoca» al no pedir la extradición. Romano Prodi heredó de su antecesor, Silvio Berlusconi, este espinoso caso. A las pocas semanas de su llegada al poder cambió toda la cúpula de los servicios secretos, pero mantuvo clasificados los informes del caso. El Gobierno ha recurrido al Tribunal Constitucional para que intervenga en el caso, ya que considera que la fiscalía de Milán se ha excedido en sus competencias y ha violado el secreto de Estado que decretó Berlusconi sobre el secuestro de Abu Omar. Si el alto tribunal acepta el recurso, el juicio podría suspenderse y más aún si le da la razón al Ejecutivo. El pulso entre la Justicia y el Gobierno ha pasado a campo abierto. Dos acusados, el periodista Roberto Farina y el carabinieri Luciano Pironi, han preferido asumir las imputaciones y pactar ya una pena. Tras haber confesado su participación en los hechos, Pironi ha sido condenado a un año, nueve meses y diez días, aunque no irá a la cárcel. Farina, subdirector del diario Libero, ha sido sentenciado a seis meses de cárcel como encubridor, después de admitir que colaboró con los servicios secretos de su país, aunque su pena ha sido conmutada por una multa de más de 6.000 euros.