El sabor de la democracia

Ángela Rodicio

INTERNACIONAL

ABED AL HAFIZ

Crónica | El conflicto israelo-palestino La campaña para aislar al Gobierno de Hamás y el incumplimiento de la ayuda económica a los palestinos pueden derivar en un caldo de cultivo de los radicales

06 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

EVACUACIÓN DE COLONOS. El Supremo ordenó desalojar por la fuerza a un grupo de colonos de una casa palestina en Hebrón «Yo no sé a qué sabe esa democracia: si es agria o si es dulce, no tengo ni idea». Un iraquí de Basora respondía así a un periodista norteamericano, cuando le preguntaba por la democracia, el pasado mes de diciembre, durante las votaciones en el país. En ningún lugar se ha visto más claro la semana que termina, como para los israelíes y los palestinos. El 3 de mayo Israel celebró el 58 aniversario de su independencia. Conmemoró, al mismo tiempo, las 22.123 víctimas de los conflictos contra los árabes. Al día siguiente, Ehud Olmert, el nuevo primer ministro, presentó a sus 24 ministros en el Parlamento israelí. Una nueva era para Israel y su democracia, con el primer Ejecutivo extraído de la clase media del país: el primer ministro de Defensa civil, el?líder laborista Peretz; una ministra de Exteriores mujer, Livni. Y un plan denominado «convergente», para imponer unilateralmente un Estado a los palestinos, más allá del muro de separación, y unas fronteras definitivas, siguiendo el trazado de la muralla de Sharon, para el año 2010. Unos 60.000 colonos serán evacuados de los asentamientos de Cisjordania. El mismo día de la Independencia de Israel dimitía de su cargo James Wolfensohn, enviado del cuarteto (EE.?UU., la ONU, la UE y Rusia) para el conflicto israelo-palestino. La causa de su renuncia ha sido su disgusto con los palestinos, los israelíes y la comunidad internacional en relación con el esfuerzo por aislar al Gobierno de Hamás. Para el ex enviado, el resultado final no puede ser sino mayor desesperación e intransigencia en el seno del movimiento de resistencia islámico. Algo que, según él, sólo puede ser peor para todos. Las promesas de la comunidad internacional y de Israel de facilitar la transferencia de fondos a los palestinos de Gaza, donde la mitad de la población vive por debajo de los baremos de pobreza del Banco Mundial: menos de dos dólares al día, no se han cumplido. Abas se arrepiente El presidente palestino, Mahmud Abas, cuando era primer ?ministro con Arafat, exigió el aumento de sus poderes. Ahora que la situación es al revés -él es el jefe de «Estado»- con Hamás en el Ejecutivo, se arrepiente de sus pasos en el pasado. Abas exige que Hamás reconozca a Israel, respete los acuerdos firmados, y renuncie a las armas. O el colapso de las instituciones, reducidas por inanición económica, que provoque nuevas elecciones. Eso y volver a poner sobre la mesa la Iniciativa Saudí aprobada en Beirut en ?la Cumbre de la Liga Árabe en marzo del 2002. Un nuevo itinerario para la paz. Abdelbari Atwan, director, palestino, del prestigioso diario árabe editado en Londres, Al Quds al Arabi , dice que se debe respetar el resultado de las urnas y restablecer el diálogo con Hamás. Que se debe desechar la idea de crear una administración paralela para puentear a Hamás. Que Abas debe ser un presidente neutral. Que el bloque palestino debe constituir un frente unido como el israelí para negociar. Para él, si esto no ocurre, se extenderá la idea de la humillación palestina, caldo de cultivo de los radicales, incluida la misma Al Qaida. «Al Qaida se ha asentado ya en el Sinaí, la región egipcia supuestamente más segura, fronteriza con Gaza y con Jordania. Una ?campana de alarma si es que alguna vez ha habido alguna».