Los espaldas mojadas distancian a México de EE.UU.

Óscar Santamaría CORRESPONSAL | NUEVA YORK

INTERNACIONAL

Reportaje | Crisis en la frontera Las nuevas medidas de Washington contra los inmigrantes han tirado por tierra el deseo de Fox de lograr la «gran enchilada»

28 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

La frontera entre México y Estados Unidos no deja de acaparar titulares a ambos lados del río Grande. Y de tensar las relaciones entre los dos países vecinos, que ya hace tiempo que abandonaron la esperanza de alcanzar un acuerdo global sobre la inmigración. Lejos queda el deseo del presidente Vicente Fox, acariciado cuando llegó al poder en el 2000, de conseguir lo que entonces se llamó «la gran enchilada», es decir, ver hecha realidad su aspiración de una amnistía general para los millones de ilegales que residen en suelo estadounidense. En estos momentos, las negociaciones en Washington sobre una ley migratoria entran en su recta final, empañada por las historias que a diario llegan de la frontera y que habitualmente contribuyen a nublar el paisaje. Mapas en el desierto La última controversia, en el permanente tira y afloja entre ambos países, ha suscitado el firme rechazo de la Casa Blanca, donde no ha sentado nada bien la propuesta mexicana de repartir entre los que quieren cruzar la frontera 70.000 mapas del desierto de Arizona en los que se muestran las carreteras, refugios y tanques de agua. La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH) justificó su decisión por razones humanitarias, rindiéndose a la evidencia de la dificultad para frenar a los miles de mexicanos que cada día arriesgan sus vidas en el intento de pasar la frontera. El Departamento de Seguridad Interior de EE.UU., dirigido por Michael Chertoff, puso el grito en el cielo el pasado miércoles y condenó «en los términos más firmes» la iniciativa mexicana, al entender que de esta forma se animaría -aún más- a los mexicanos a intentar cruzar ilegalmente. «¿Qué van a hacer luego? ¿Comprarles un billete de autobús hasta Chicago?», manifestó el Centro para Estudios de Inmigración, en Washington. Un día después, la comisión mexicana responsable de la idea decidió congelarla. Pero no por las protestas estadounidenses, sino porque se han dado cuenta de que los mapas podrían caer en manos de los cazadores de inmigrantes, los llamados minuteman , apostados al otro lado de la frontera, y darles pistas sobre dónde localizar a los espaldas mojadas . «Nuestra intención no era promocionar la inmigración, lo único que intentamos era advertirles de los riesgos, y dónde pueden conseguir agua para que no se mueran», señaló Mauricio Farah, uno de los responsables de la iniciativa. Y es que, según las estimaciones más conservadoras, 500 mexicanos murieron el pasado año al intentar cruzar al otro lado, en una aventura que los lleva a caminar varios días por el desierto bajo temperaturas de 40 grados. Zapatillas brújula Hace unos meses, otra idea similar saltó a los noticieros, esta vez desde el mundo de la moda. Una diseñadora argentina presentó su última ocurrencia: unas zapatillas de deporte de cuyos cordones cuelgan una brújula y una linterna, su suela alberga un mapa del desierto, y en la lengüeta hay un apartado para medicinas de urgencia y algo de dinero. El novedoso modelo, llamado Brinco, está decorado con los colores de la bandera mexicana y con una imagen de santo Toribio, patrón de los inmigrantes ilegales. El precio en las tiendas de estas zapatillas es de 215 dólares, pero su creadora decidió promocionarlas regalándoselas a los mexicanos que esperaban el mejor momento para dar el salto. En medio de la polémica, el Senado estadounidense debate la reforma migratoria aprobada hace un mes por la Cámara de Representantes, que sólo prevé medidas represivas para frenar la entrada de ilegales, como la construcción de un muro en buena parte de la frontera.