Propaganda de visión obligatoria

ANXO LUGILDE ENVIADO ESPECIAL EN BRASIL

INTERNACIONAL

SERGIO MORAES

Inútil hacer zapeo. Todos los canales brasileños de televisión en abierto emiten al mismo tiempo, a mediodía y por la noche, la propaganda electoral que centra la campaña.

22 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

José Serra embiste contra Inácio Lula da Silva y éste explica su programa. En 1989, la audiencia brasileña descubrió atónita durante un debate que el candidato Lula tenía una hija extramatrimonial. Quien lo hizo público no fue ningún Boris Izaguirre local, sino Collor de Mello, su rival en la segunda vuelta y quien finalmente triunfó. Eran las primeras elecciones presidenciales tras la dictadura militar y marcaban una nueva época, dominada por la televisión. Como en el resto del mundo, ese medio es fundamental en las campañas, aunque los expertos le atribuyen en Brasil aún más influencia. En la recta final de la campaña todo gira en torno a los espacios gratuitos de propaganda, a la espera del único debate de la segunda vuelta, el del viernes, en el que el oficialista Serra tendrá oportunidad de recortar la enorme ventaja de Lula. Mientras, Serra calienta motores con ataques en los programas diarios, que se emiten a las 13.00 y a las 20.30 horas en todas las cadenas. Sólo se salva alguna de televisión por cable. Es como si Antena 3, Telecinco, Canal Plus y todas las autonómicas tuvieran que dar los mismos espacios que se emiten en Televisión Española en la campaña. Lula aparece en clave presidencial, desgranando sus propuestas sociales, de apoyo a la educación y a la sanidad. El lunes contestaba en un estudio a unos supuestamente espontáneos ciudadanos interesados por la sanidad pública. A veces desliza alguna crítica a Serra. En cambio, éste se muestra mucho más agresivo. Su biografía aparece en la pantalla contrapuesta a la de su contrincante. Si Lula presentó enmiendas a la Constitución en los años 80, Serra lo hizo cinco veces más. El producto estrella es una escena doméstica. Una joven, votante de Serra, habla con su madre, simpatizante de Lula. Claro, la hija convence a la madre. También hay propaganda pagada, que Serra usa para vincular a su rival con el venezolano Hugo Chávez.