La entrega de Milosevic podría acelerar la extradición de otros acusados de genocidio

ENRIQUE MÜLLER BERLÍN

INTERNACIONAL

JERRY LAMPEN / REUTERS

Slobodan Milosevic, que despertó ayer en la cárcel de Scheveningen, cerca de La Haya, comparecerá el próximo martes ante la jueza Carla del Ponte para escuchar las acusaciones en su contra, en el marco del Tribunal Internacional. La decisión del Gobierno serbio de entregar a Milosevic puede acelerar la extradición de Radovan Karadzic y Ratko Mladic, los dos serbios considerados como principales responsables de los episodios más crueles de la guerra en Bosnia.

29 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

La drástica decisión del primer ministro serbio, Zoran Djindjic, que contó con el interesado apoyo de Occidente, convirtió a Milosevic en el primer ex-jefe de Estado elegido democráticamente en ser transferido a la justicia internacional, un fin humillante para el hombre que desató el peor conflicto bélico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Milosevic fue acusado en mayo de 1999 por el Tribunal, junto con otras cuatro personalidades de su antiguo régimen, de «haber planificado, provocado, ordenado, cometido, ayudado y favorecido una campaña de terror y de violencia directa», contra los civiles de etnia albanesa de Kosovo. La campaña militar serbia, ordenada desde Belgrado, causó la muerte de varios miles de personas y más de un millón de civiles fueron obligados a abandonar sus hogares. No se arrepiente Pero Milosevic también puede ser acusado de haber cometido genocidio en conexión con las barbaries cometidas en las guerras de Bosnia y Croacia. El propio Milosevic reconoció, después de haber sido encarcelado en Belgrado, que su Gobierno había financiado y armado a las fuerzas serbias que lucharon contra los musulmanes en Bosnia y en Croacia. «Milosevic no se siente culpable», anunció uno de sus abogados en Belgrado, después de confirmar que había hablado por teléfono desde la cárcel con su familia. «Él piensa que su política sirvió para proteger los intereses de pueblo serbio y reiteró que volvería a hacer lo mismo», añadió. «La entrega de Milosevic al tribunal marca un punto crucial y el comienzo de una nueva era en el desarrollo de la justicia internacional», señaló el presidente del tribunal, Claude Jorda, que destacó que el prisionero de Scheveningen tendría un juicio justo y expedito.