Giráldez hizo seis modificaciones en el once y tres de cara a la segunda mitad, que fueron las que cambiaron el partido, con Hugo Álvarez a la cabeza
16 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En el Celta-Athletic hubo dos revoluciones por parte de Claudio Giráldez. Una, en el once, respecto al que había presentado tres días antes en el Metropolitano y precisamente por ese motivo: el escaso margen de tiempo que había entre el partido de la pasada jornada y el de esta, intersemanal. Esa primera remesa de cambios no salió nada bien y el cuadro vigués se fue al descanso en desventaja, lo que desencadenó que el porriñés recurriera a algo que ya no le temblaba la mano a la hora de hacer en el filial: un triple cambio al descanso.
Los protagonistas fueron tres futbolistas que habían estado en sus primeras siete alineaciones y que se habían caído en la octava: Óscar Mingueza —titular en todos los partidos de liga, también con Rafa Benítez, hasta este último—, Hugo Álvarez y Iago Aspas. Y entre los tres, cumplieron su cometido de cambiar el partido, siendo claves para que el conjunto celeste le diera la vuelta en cuestión de tres minutos.
Pero ya antes de que se moviera el marcador, el equipo era otro con estos tres nombres propios y, de verse impotente ante el Athletic Club, el cuadro vigués pasó a dar la sensación de que podía cambiar el decorado. Pero si hubo un nombre que sobresalió fue Hugo Álvarez. En la primera temporada en que tiene continuidad en Primera, a sus 20 años, el ourensano dio la asistencia del primer gol a Williot Swedberg para, poco después, protagonizar su primer gol en la máxima categoría.
Celebró con rabia y con euforia el canterano, un chico que rechazó en su día a los llamados grandes y al que Iago Aspas pedía hace poco «números», destacando su gran potencial y que iba a ir a más como futbolista. Ahí los tiene. El comienzo.