Este Celta necesita más rodaje

Julio Á. Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

30 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Esperábamos este comienzo de liga con la ilusión de convertirlo en la extensión del final del ejercicio pasado, pero resultados y sensaciones parecen haber resucitado viejos fantasmas en forma de dudas.

Pero lejos de estas dudas, a este Celta parece que todavía le falta rodaje y le faltan cosas para responder al manual de estilo del Chacho Coudet. Una forma de jugar físicamente muy exigente y que debe alcanzar ese punto más que necesita para poder ejecutarlo sin riesgo de llegar tarde a la presión o para llegar con el número suficiente de efectivos en una transición.

Sin embargo, el Celta del sábado ya no fue el Celta del Sadar. En frente, el Athletic de Marcelino, que es siempre un rival más incómodo de lo que parece, como ya demostró en su visita del año pasado. Con dos sistemas muy similares y los dos equipos presionando la salida de balón, prácticamente se podría decir que se anularon entre sí hasta que los bilbaínos se encontraron en ventaja. Hasta ese momento, los vigueses habían recuperado algunas virtudes del pasado como la presión en campo contrario e incluso, en ciertos momentos, la verticalidad.

El error en el gol puso en el disparadero a Joseph Aidoo (un buen central con alguna desafortunada toma de decisión), pero también las dificultades actuales de los vigueses para generar y encontrar los recursos necesarios para poder cambiar el partido.

 

Con un rival más replegado, los vigueses no pudieron o no supieron enganchar entre líneas con Aspas, Brais y Nolito para provocar de esta manera las dudas entre el doble pivote y los defensas bilbaínos sobre qué hacer y aprovechar así los espacios generados por fuera para las llegadas de Hugo Mallo y Javi Galán (menudo jugador). El ataque se hizo previsible y se convirtió en una serie de centros solventados sin apuros por los centrales rojiblancos. Por el contrario, la situación profunda de los laterales y la incorporación de Renato Tapia al ataque dejaba a los centrales en un peligroso uno contra uno y fuera de su zona.

Pero con el paso de los minutos, al Celta le faltó paciencia y le sobraron las prisas, tanto en el juego como en la apuesta final. Coudet, que inicialmente repitió cambios hombre por hombre, sorprendió con la posición de Augusto Solari en el lateral y con la acumulación de jugadores de ataque, incluida la presencia en los últimos minutos de Néstor Araujo en la posición de 9, que no hicieron más que favorecer la acción defensiva visitante.

En la derrota se tiende a ver el vaso medio vacío y sobre todo si se llega al parón con el Real Madrid en el horizonte y con la posibilidad de otro mal comienzo de campeonato. El calendario tampoco ha ayudado. Es pronto para empezar a impacientarnos con los mismos que nos devolvieron la ilusión hace un par de meses.