Murillo no jugaba tanto desde sus tiempos del Inter

La Voz VIGO

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El central colombiano suma 44 partidos en el Celta en menos de campaña y media

26 mar 2021 . Actualizado a las 20:50 h.

Jeison Murillo dejó el Inter en el verano del 2017 después de disputar 61 partidos en dos temporadas en la Serie A. Desde entonces, el cafetero había vivido una especie de travesía en el desierto que superó en el Celta, con el que ya suma 44 partidos en campaña y media. A falta de diez jornadas, y teniendo en cuenta que lo juega todo, podía abandonar Vigo muy cerca de los registros que alcanzó en el club de Milán. «Aquí estoy muy cómodo», reconoce el jugador. Tanto, que no cierra la puerta a una tercera cesión, algo muy raro en el mundo del fútbol.

Murillo finalizó la pasada temporada, llegando en el mercado invernal, con 18 partidos vestido de celeste y 1.529 minutos encima. Este curso ya suma 26 de 28 partidos posibles y 2.288 minutos de juego en la liga, lo que le convierte en el futbolista céltico con más presencia en el campo. «Se agradece. Venía con la idea de la continuidad. Yo trato de estar siempre bien y jugar te da confianza», comentó el internacional colombianos sobre sus números.

Que se sienta con cómodo y con tanto protagonismo puede ser un aval para una continuidad en Vigo que a día de hoy parece difícil por la cláusula de rescisión de 13 millones de euros. Por el momento, el jugador solo se plantea el presente. «Estamos en un momento en donde solo pensamos en el día a día. Soy del Celta hasta el mes de junio, tengo las cosas claras y voy a defender este escudo hasta el último día», comentó antes de dejar abierta la puerta a todo el próximo verano: «Estoy muy cómodo aquí. (La continuidad) es algo de mirar, pero hay que esperar. Mi ficha pertenece a la Sampdoria».

En el club que tiene sus derechos, Murillo no tuvo mucha suerte. Una decena de partidos en la primera vuelta de la 19/20 y desapareció del mapa. Lo mismo que le había pasado antes del Barcelona (2 partidos) y en el Valencia (18 sumando temporada y media). Nada que ver con sus años en el Granada y en el Inter, mucho más parecidos a lo que vive en Vigo.

Sin la presión a la espalda

A diferencia del curso pasado, en el Celta ha podido liberarse de la mochila de la presión. «No es lo mismo jugar con tranquilidad que con la presión a la espalda», comentó sobre el cambio con respecto a la temporada pasada. Aun así, repite que el objetivo primordial es la salvación, de ahí que califique de «una de las finales que quedan», el partido del 4 de abril en Mendizorroza ante el Alavés.

Eso sí, una vez que esté conseguida la permanencia, no quiere renunciar a nada: «Me considero una persona positiva, a la que le gusta ganar siempre. Aunque tenemos un objetivo primordial, si lo conseguimos, después podremos mirar hacia adelante. El objetivo es terminar en la mejor posición posible».

Ya sabe lo difícil que es ganar en Mendizorroza con el Celta ante un rival al que le marcó su primer gol como céltico. Este año rescató un punto ante el Valladolid y ahora puede repetir su primer año en el Inter con dos tantos.