La consistencia celeste

Julio Álvarez Buylla LA OPINIÓN DE JULIO ÁLVAREZ-BUYLLA

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

07 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Consistente: dícese de lo que es estable, duradero o sólido. Minuto 82 y lo que se podría resumir como una victoria trabajada acabó transformando el titular, convirtiéndolo en otro quiero y no puedo. Otra vez los vigueses carecieron de rigor defensivo y otra vez sucedió en los minutos finales. El Celta, débil en su área, permitió que el rival rematase a bocajarro un centro lateral alejado, dejando escapar tres puntos importantísimos tanto por su valor material como psicológico. Osasuna cerró un ciclo de rivales directos cuya lectura nos deja huérfanos de victorias pese a que no se ha sido inferior a ninguno de ellos. Ese tal vez sea el clavo ardiendo al que es necesario agarrarse para ver con optimismo el futuro del equipo, pero pare ello es necesario ser consistente y competir.

La clave

Osasuna, en la línea de equipos de perfil medio bajo, se presentó como un equipo intenso que desde el inicio trató de aislar a los centrocampistas celestes obligando a los centrales a jugar en largo. El remate de Aidoo al larguero pareció cambiar el rumbo de las sensaciones como si de vasos comunicantes se tratase. Con los dos equipos tratando de neutralizarse, la sensación era que los goles llegarían más consecuencia de una acción aislada que de una acción de conjunto. El Celta, una vez conseguido lo más difícil, volvió a entregar su ventaja en un centro lateral mal defendido, consecuencia de una mala orientación en la marca en la que se focaliza la atención sobre el balón pero perdiendo de vista al Chimy Avila. Un error demasiado recurrente últimamente.

El regreso

El Celta regresó al 4-4-2 sacrificando a Rafinha en banda derecha, aunque se movía con tendencia clara a jugar por dentro. Arriba Aspas y Mina ocuparon el centro. Pese al cambio el Celta en la primera parte no supo encontrar cómo hacer daño a Osasuna. Con Rafinha más cerca de Kevin que de la portería rival a los vigueses les costó encontrar la forma de desbordar. La segunda parte fue mejor y a ello contribuyó la salida de Hernández quien aprovechó las ocasiones que tuvo para desbordar y ofrecer algo distinto. Pero da la sensación de que sigue faltando algo en ataque. Algo que libere más a Aspas para hacer daño entre centrales y centrocampistas rivales.

Los cinco

El Celta ha cerrado la primera vuelta contra cinco rivales que reflejan bien el perfil de los equipos que transitan por la mitad baja de la clasificación. Algunos cómodos sin balón buscando los contraataques, otros trabajando incansablemente en busca del rival en campo contrario, pero todos dando la sensación de tener una idea definida y de saber cómo sacar partido a sus recursos para estar más cerca de la victoria. La dificultad con la que se encuentra este Celta es que no entra en ninguno de estos dos perfiles, ni parece encontrarse cómodo encerrándose y saliendo, ni es capaz de realizar una presión alta efectiva. Un problema para quien quiere competir de igual a igual por la salvación.

 

El gol

El Celta termina la primera vuelta en la misma posición que la temporada pasada, con el mismo número de goles en contra, pero con la mitad de goles a favor (16 a 31), lo que se traduce en menos puntos. La temporada pasada, sin centrocampistas llegadores, la eficacia de Celta se generaba en sus hombres de ataque que aprovechaban a la perfección los centros al área. Este año entre los tres jugadores del ataque celeste solo se han marcado 10 goles, la temporada pasada entre dos sumaban 19.