Caballero reconoce las deficiencias de Río Bajo y propone eliminar filas

alberto estévez ingelmo VIGO

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

La Federación de Peñas del Celta y el alcalde se reunieron el jueves en el Concello para acercar posturas sobre la reforma de Balaídos

26 ago 2019 . Actualizado a las 11:17 h.

En las últimas semanas, la grada de Río Bajo y la poca distancia entre los asientos de cada fila han sido los focos de la polémica en clave Celta. Este fallo a la hora de realizar la obra ha reavivado, si es que en algún momento se calmó, la tensión entre Concello y directiva. Eso sí, en lo único que han logrado ponerse de acuerdo ambas partes es en descontentar a la afición celeste, la cual lleva sufriendo todos los contratiempos ocasionados en Balaídos. Por ello, la Federación de Peñas del Celta se reunió esta mañana con el alcalde, Abel Caballero, en el propio Concello para acercar posturas sobre las reformas en Balaídos.

El presidente de la federación, Pepe Méndez, salió satisfecho del encuentro con Caballero: «Valoro moi positivamente a reunión co alcalde. Penso que saímos os dous contentos porque aceptou todas as nosas propostas, sobre todo a da oficina que era a principal. Rematamos contentos e incluso plantexou propostas para arreglar os problemas de Río Baixo».

La propuesta en cuestión presentada por el alcalde consiste en eliminar filas de la grada para que haya una mayor amplitud, seguridad y comodidad, pero teniendo en cuenta la pérdida de localidades. «Presentounos o proxecto e a idea sería sacar algunha fila e butaca para darlle máis espazo entre asentos. Penso que ten solución e el está disposto a asumila», declara Pepe Méndez.

Además, Caballero especifica que se suprimirá una fila de cada cinco y se reasignarán las distancias entre butacas. «Se perderían unos 500 o 600 asientos. Yo someto la reordenación de asientos a opinión de los aficionados, quiero que las peñas discutan y me lo transmitan. Transformaremos Río Bajo en una zona cómoda», explica. 

El alcalde prima sobre todas la postura de los aficionados porque «quiero saber qué opina la gente que está en Río Bajo y una vez que sepa lo que dicen tomaré las decisiones oportunas y, por supuesto, con la directiva del Celta». Recalca que lo que le importa es la gente, por eso antepone el diálogo con los espectadores que acuden cada 15 días a Balaídos. «Hay una posibilidad de hacer más cómoda la situación en Río Bajo, aunque signifique reducir un número de asientos no muy importante», afirma Caballero.

El presidente de la Federación de Peñas cree que el abonado aceptará esta propuesta, siempre y cuando la comodidad y seguridad estén garantizadas porque la situación es inadmisible: «O que non se pode permitir e ir a un estadio e estar incómodo 90 minutos nunha postura non natural».

Aunque como dice siempre, las fechas las carga el diablo, estima que «la obra es rápida, algo similar a poner asientos». El alcalde insiste en que cuando la federación le dé el visto bueno a la solución planteada de eliminar una de cada cinco filas, el Concello «lo hará lo antes posible, teniendo en cuenta que se va a tirar la grada de Marcador en el plazo de unos meses». Caballero confirma que el coste de esta propuesta es «mucho menor en comparación con lo que significa el conjunto de la reforma de Balaídos».  

La construcción de la nueva grada de Marcador es otra de las incógnitas acerca de la remodelación del estadio. Tal y como confirmó el alcalde, el Concello está dispuesto a iniciar la reforma a comienzos de año, pero no descartan plantear la demora de la obra hasta final de temporada si le resulta más cómodo a la Federación de Peñas del Celta. «La puesta en marcha de la grada de Marcador ya rehabilitada será al principio de la próxima campaña, podemos optimizar los tiempos y espero su opinión porque ellos representan a los aficionados», afirma Abel. Las fechas todavía se desconocen, pero el alcalde le confirmó a Pepe Méndez que el inicio de la reforma está al caer: «De datas non se falou, soamente nos dixo que estaban xa co tema de Marcador e que vai ser unha obra que comezará a corto prazo. Está barallando tamén as datas polo tema da incomodidade do siareiro».

Y no podía faltar su habitual mención al presidente de la entidad, Carlos Mouriño. «Yo siempre estuve dispuesto al diálogo, quien dejó una butaca vacía fue el presidente del Celta, no el alcalde. Por cierto, butaca vacía en el palco que incumple el convenio, el mismo que le permitió al Celta levantar el concurso de acreedores», aclaró Caballero.

El gran damnificado en este enfrentamiento es el abonado del Celta, por lo que la Federación de Peñas trata de apaciguar la tensión entre ambas partes: «Ninguén é alleo a esta situación, da a sensación de que hai un enfrontamento e nós tratamos de que non se transmita isto. Hai que sentarse e dialogar, todo vai depender de que as dúas partes queran». Además, Pepe Méndez considera negativa la marcha del equipo de su casa, Balaídos, pero confía en la continuidad del club en el barrio vigués: «Falar do futuro agora é complicado. Todos os que estamos aquí nacimos e vivimos deportivamente en Balaídos. Trasladarnos para nós sería un inconvinte. Eu sigo vendo ó Celta e a nós en Balaídos».