Pione Sisto quedó sin convocar por primera vez en la visita al Betis y 16 partidos después sigue sin recuperar su mejor versión
09 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Pione Sisto desapareció del mapa por primera vez en la visita del Celta a Heliópolis el pasado 4 de noviembre y 16 partidos después (lo del calendario asimétrico impide que sea una vuelta) sigue sin encontrarse. Recuperarle para la causa de la permanencia en uno de los retos del recién llegado Fran Escribá.
El caso de Pione tiene difícil explicación. Después de comenzar la liga como un tiro probó por primera vez el banquillo con motivo de la visita del Valladolid a Vigo. Pero el danés nacido en Uganda siguió jugando y tuvo minutos de un modo consecutivo en los diez primeros partidos de liga. Hasta que llegó la visita al Betis con Antonio Mohamed todavía en el banquillo. Ese día el argentino decidió dejarlo en casa. «No estuvo en el entrenamiento por motivos personales», dijo para explicar que no viajaba a Sevilla.
Para entonces él mismo había desvelado en sus redes sociales que trabajaba la autoconsciencia porque le costaba ser el mismo en el mundo del fútbol. «Creo que es interesante estar en el mundo del fútbol y entender toda la escena. Me hago preguntas sobre algunas cosas y sobre la comprensión de todo este juego. El mundo del fútbol me ha empujado porque me gusta ser yo mismo y, a veces, en este mundo es difícil», decía al periódico BT en Dinamarca.
Dieciséis duelos después el panorama apenas ha cambiado. Con Miguel Cardoso el extremo solo jugó dos partidos como titular, marcó un gol en Valladolid y volvió a quedarse fuera de las convocatorias en dos ocasiones. Las dos últimas del luso para ser precisos (Mendizorroza e Ipurua). Incluso después de la derrota en casa ante el Athletic el portugués le reprochó su actitud en público: «En el campo no hay amigos, no puedes perder y charlar con los contrarios. Esa actitud me mata, no es de quien quiere ganar y tengo que decirlo», aunque luego el también cesado matizó sus palabras.
Ahora le toca a Escribá sacar del pozo a uno de los jugadores del Celta con más talento y que en los dos años anteriores había sido un fijo tanto para Berizzo como para Unzué.
Ha pasado casi una vuelta desde su que se convirtió en un jugador de reparto. Fue ante el Betis, y quizás ante los de Setién pueda comenzar su resurgir. Siempre que está en la convocatoria esta mañana.