Los primeros aficionados llegaron ayer a la ciudad para arropar al equipo en el partido de esta noche
11 may 2017 . Actualizado a las 15:21 h.«Que vuelvan con una victoria del Celta», se escuchaba a través de los altavoces del primer avión de aficionados nada más aterrizar en el aeropuerto de Mánchester. Una proclama respondida por los seguidores con aplausos, vítores y algún que otro «¡Hala Celta!». Hoy más de 2.500 gargantas lanzarán ese grito de guerra celeste en el histórico Old Trafford para intentar llevar a su equipo a una cita con la historia. Por si acaso, en los aviones, ya fueron ensayando la Rianxeira. Algunos especulando con la final soñada de Solna. Otros pensando en cómo sería el partido. Y algunos trazando un día de turismo.
Un sol radiante daba ayer la bienvenida a Manchester, una ciudad verde y multirracial que durante unas horas centrará toda la atención del celtismo. Camino a Old Trafford, el Teatro de los Sueños, y de las ilusiones, celestes, en una rotonda un letrero publicitario de la ciudad avisa, sobre fondo celeste: «This is Manchester». Un lema y un color que invitan a la sonrisa entre la parroquia local, empachada e imbuida del «This is afouteza» hasta la médula.
Ni los letreros de tráfico se libran del United-Celta. Alertan de que hoy es día de partido. Mientras, por las calles empezaba ya a verse algún visitante que hoy se presentará en Old Trafford y alguno que recogía entradas encargadas.
Hoy será cuando se perciba de verdad en las calles de Mánchester la invasión celeste. Cuando los 2.500 mostrarán con orgullo su escudo y se presentarán en Old Trafford para ayudar al equipo a lograr la machada. Por lo de pronto, los primeros en llegar ya toman la palabra para hablar de lo que se avecina. «Soy muy optimista. Creo que vamos a ganar 1-2 o 0-2», comentaba Manolo, uno de los aficionados, nada más aterrizar en la ciudad del United. Él encarna el sentir de la afición visitante. La que hoy tomará Mánchester para ser el duodécimo jugador de su equipo. Una histórica final está en juego y la afición no pierde la esperanza de estar en unos días en la final de Solna.