Reencuentro con el Poeta

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

MANUEL BRUQUE

El Celta y Orellana cruzan sus caminos dos meses después del traspaso del chileno

05 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado poco más de dos meses desde que Fabián Orellana guardó en el cajón la camisola celeste y se enfundó la blanca del Valencia. Dos meses en los que el internacional con Chile ha jugado tantos partidos con el equipo che (9) como los que llevaba desde agosto con los célticos, y en los que ha vuelto a sentirse importante tras su salida de Vigo por la puerta de atrás.

 Porque la trayectoria de El Poeta en el Celta está cargada de luces y sombras. Tanto en el césped como fuera de él. Orellana fue capaz de meterse al celtismo en el bolsillo durante la lucha por el ascenso, consiguió que los aficionados suspirasen por su regreso y cuando volvió fue recibido como el hijo pródigo. Sin embargo, ese final de temporada no fue el futbolista determinante que se esperaba y cuando Luis Enrique tomó las riendas se encontró con un Orellana indolente y que no encajaba al que abrió la puerta de salida. Tenaz, el chileno se empeñó en revertir la situación y lo logró, pasando a ser una pieza fundamental del equipo. Una situación que continuó durante las dos primeras temporadas de Berizzo.

El divorcio llegó esta campaña. Sobre todo, desde finales de año. Un encontronazo y una falta de respeto hacia el técnico fue la gota que colmó el vaso, y Berizzo fue tajante. Le apartó del equipo en enero y el club, a pesar de saber que perdía calidad, decidió ponerlo en el mercado. El 31 de enero el Valencia, que ya había suspirado por hacerse con sus servicios anteriormente, lo incorporó para un proyecto que caminaba hacia el pozo, pero que se ha repuesto, una vez más, de la mano de Voro.

El equipo che necesitaba a un futbolista dinámico y capaz de jugar entre líneas, y lo encontró en Fabián, que deslumbró en sus primeras contiendas e incluso volvió a marcarle al Real Madrid, como había hecho con el Celta. Sin embargo, en las últimas jornadas el rendimiento de Orellana ha bajado un punto, aunque sigue siendo titular indiscutible.

A nivel de vestuario, donde suele tener más complicaciones, su convivencia con el resto de sus compañeros está siendo tranquila y su comportamiento hacia Voro y el resto del equipo, correcto. No ha cambiado su carácter introvertido y reservado, ese que le hacía huir de cámaras y micrófonos en Vigo y que le mantenía en una particular ley del silencio. Una especie de cara B para un futbolista dotado con una capacidad especial para entender el juego y generar peligro, pero también un tipo peculiar fuera del terreno de juego.

Un partido especial

«Va a ser un partido especial porque te enfrentas a un amigo en otro equipo. Es muy buen jugador y lo está haciendo bien en el Valencia», comentaba ayer Daniel Wass respecto al chileno, con el que compartió vestuario durante algo más de una temporada. Para los célticos será un partido diferente, porque enfrente estarán El Poeta y también Santi Mina, pero más especial será incluso para el internacional chileno, que intentará cobrarse su particular revancha sobre Berizzo en la cancha.

Fabián conoce a la perfección cómo juega el Celta, cómo prepara los partidos y cómo piensa un Berizzo con el que alcanzó sus mayores cotas futbolísticas. «Jugó muchos años aquí y nos conoce muy bien. Es un buen partido para él y para nosotros», concluye Wass.