El crédito de Berizzo se extingue

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOÁN CARLOS GIL

La racha y sus últimas decisiones convierten el partido de Getafe en la antesala del ultimátum

19 ene 2015 . Actualizado a las 21:51 h.

Eduardo Berizzo acaba la primera vuelta en su peor momento. Durante las diez primeras jornadas de campeonato acaparó elogios, pero nueve partidos consecutivos sin ganar, con dos puntos de 27 y un solo gol a favor han ido menguando su crédito hasta dejarlo bajo mínimos. Por el momento nadie le cuestiona, al menos en público, pero la contienda con el Getafe del próximo lunes suena a antesala del ultimátum. Un nuevo revés, y con el equipo ya metido en el lío de la permanencia, podría precipitar los acontecimientos.

A Berizzo le ha hecho daño especialmente el arranque del 2015. El entrenador quedó tocado después de la ida copera con el Athletic de Bilbao por la elección del once y por la colocación de los hombres, lo que provocó un quilombo que a la postre precipitó la eliminación en el año más ilusionante para poder hacer algo en la Copa. Incluso en la vuelta, con 0-2, muchos le achacan que no fuera con descaro por la remontada al no apostar por Nolito en los últimos 20 minutos.

En Cornellá, en la contienda del sábado, su crédito sufrió otro varapalo. Por apostar por Augusto en el lateral cuando Sergi había estado a un gran nivel en esa demarcación en San Mamés, y sobre todo, por no realizar dos cambios tal y como estaba el partido. Por un doble motivo, ya que por un lado renunció al triunfo no sacando un refresco en ataque como podía ser Santi Mina (en un excelente momento de forma y confianza) y por no utilizar el comodín de las permutas para cortar el ritmo del Espanyol cuando los pericos habían desatado la ofensiva final con la entrada de Caicedo. Los cambios, desde su llegada a Vigo, nunca han sido su mejor virtud.

Otra cuestión es la preparación de los partidos, fijando su mirada en el adversario. «En defensa jugamos en función del rival», ha explicado al técnico (uno de los pocos que habla de fútbol en sus comparecencias). Por eso ante el Espanyol apostó por una contienda de diez contra diez, con Radoja anulando a Sergio. El serbio cumplió su cometido a la perfección, pero quizás se resintió el trivote a la hora de elaborar.

A estas decisiones hay que añadirle la cuesta abajo del equipo. Desde el principio la pregunta era saber cuánto tiempo le iba a durar semejante condición física al Celta. Berizzo repitió en infinidad de ocasiones que el reto era sostenerlo en el tiempo. Pero la realidad se ha puesto terca. Desde el 1 de noviembre no gana el equipo, que ha pegado un giro radical. De sumarlo casi todo, a quedarse en blanco, aunque hasta ahora las rentas han mitigado la situación. También el buen juego del equipo en la mayoría de los partidos, pero en Cornellá no queda ni el consuelo del fútbol. Además, los fallos en las dos áreas han penalizado mucho al equipo, que en estas nueve jornadas ha perdido cinco partidos por 1-0.

En todo este tiempo se ha echado de menos un plan B para encontrar soluciones. Curiosamente el Toto lo encontró con un 1-5-2-1-2 ante el Valencia, pero el sistema, que parecía encajar en la idiosincrasia del equipo, solo fue utilizado 45 minutos. Con los jugadores que sacó en Cornellá, todo apunta a que el equipo estaría más cómodo en este dibujo.

En el debe de Berizzo también aparece su tendencia a trabajar con el presunto once desde el inicio de semana, lo que resta competitividad al día a día del equipo y desmoraliza a la tropa. A mayores, y en plano más subjetivo, aparece el redoblar su apuesta por jugadores como el Tucu Hernández, que seis meses después todavía no han ofrecido el nivel que se aguarda de ellos.

Por eso su crédito se agota y en Getafe puede comenzar a jugarse el puesto de técnico.