Un penalti como consuelo

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Santi Mina cortó con una pena máxima la sequía goleadora del Celta

03 dic 2014 . Actualizado a las 20:14 h.

De penalti. Así tuvo que romper la sequía el Celta. Y es que, definitivamente, los vigueses parecen estar peleados con el gol y ni tan siquiera la Copa del Rey, que a priori se presentaba como la oportunidad idónea para reencontrarse con las celebraciones, sirvió de consuelo para el equipo de Eduardo Berizzo, que regresó a casa con una derrota que deberá remontar dentro de quince días.

Tuvo que ser Santi Mina, quizás el jugador con menos galones del ataque, pero más descarado, el que se encargase de ejecutar la pena máxima decretada tras un derribo sobre Fabián Orellana. Fue ya bien entrada la segunda mitad, concretamente en el minuto 83, y con el marcador en contra 2-0. El canterano, que había sido de los más activos durante todo el encuentro, recogió la pelota y se plantó dentro del área de Lizoain. Con una tranquilidad más propia de un jugador veterano y con minutos a las espaldas que de un chaval de 18 años que apenas ha tenido oportunidades este curso, se aproximó al punto de penalti. Vislumbró la portería rival, y ejecutó un disparo con todo el alma al centro de la portería y a media altura.

El balón pilló a Lizoain vencido y acabó en el fondo de la red, pero el colegiado del encuentro anuló la acción al haberse adelantado Michael Krohn-Dehli. Tras señalar la tarjeta amarilla al futbolista danés, el árbitro instó a Mina a disparar de nuevo, y el delantero siguió con la misma templanza. Puso el balón en el punto de penalti y optó por ejecutar un disparo perfecto raso y a la izquierda del guardameta. El balón acabó en el fondo de la red, y esta vez sí subió al marcador.

El tanto de Mina daba aliento en la Copa del Rey a un Celta que con el 2-0 estaba más fuera que dentro, y suponía a su vez el primer tanto que Santi Mina le endosa a un equipo dirigido por Paco Herrera, el hombre que le dio la alternativa en Primera cuando tan solo tenía 17 años.

El atacante vigués marcaba de nuevo con el primer equipo ocho meses después de su última celebración. Fue ante la Real Sociedad, el pasado abril en Balaídos, cuando el canterano había puesto su firma a su último gol con el primer equipo. El tanto de ayer confirma además a Mina como un especialista en la Copa, puesto que el curso pasado había sido el autor del 1-0 con el que los de Luis Enrique habían vencido al Athletic en la ida en Balaídos.

Un consuelo escaso

El gol de Santi Mina fue un consuelo más bien escaso para el equipo de Berizzo, que encadena cuatro encuentros consecutivos sin celebrar un gol de jugada, y que ayer vio cómo su plan B en ataque -Charles, Mina y Augusto, y más tarde Orellana- seguía los pasos del tridente titular a la hora de ver portería.

El gol de Mina, que cortaba la sequía goleadora celeste de 389 minutos, llegaba tras un partido en el que los vigueses hicieron de gala de nuevo de su falta de puntería. Lo peor, además, es que les espera el Bernabéu.