Un año después del milagro del 4%

VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

El Celta explotó sus escasas opciones y alcanzó el 1 de junio pasado la salvación

02 jun 2014 . Actualizado a las 12:03 h.

El milagro de la permanencia cumple un año. El 1 de junio del 2013 el Celta consiguió la salvación más imposible de sus 90 años de vida. Con un 4 % de opciones a falta de dos jornadas, con todo en contra y casi con respiración asistida. El equipo, entonces de Abel Resino, sobrevivió al primer match ball de Valladolid, por ganar y por verse beneficiado por los resultados de sus rivales. Seis días después culminó la faena del mismo modo. Ganando, con un gol de Natxo Insa, al Espanyol y beneficiándose de la victoria de la Real Sociedad en Riazor.

La milagrosa salvación supuso un atajo de los grandes para el proyecto celeste. En lo económico la permanencia se cifra en 25 millones de euros, y en lo deportivo, la temporada en Primera resultó de lo más exitosa, con un noveno puesto, a las puertas del corte de Europa.

Hoy se cumple un año de la gran fiesta del celtismo. Porque aquella permanencia se celebró quizás más que el ascenso. Quizás por inesperado y por la manera que llegó. En un día de infarto, todo se puso de cara para los vigueses desde el arranque de la jornada. Comenzó en descenso pero a los 14 minutos marcó Natxo Insa tras una asistencia de Iago Aspas, que rompió a Colotto, y a renglón seguido Grienzamann marcó para los txuri urdin, lo que sacaba a los vigueses de la zona roja por primera vez en mucho tiempo. El resto de la noche, la única amenaza fue el Mallorca, que único del furgón de cola que hizo los deberes. Pero los vigueses, con el imberbe Rubén Blanco en la portería, mantuvo el cero de principio a fin. Superando un córner de infarto con el tiempo cumplido.

Entonces, de la tensión contenida se pasó a la apoteosis. En Balaídos, con invasión de césped y con rotura de porterías incluidas, y en Praza de América, con un baño masivo. Un día después Abel Resino admitió que había sido el reto más difícil de su vida y Natxo Insa apuntaba a La Voz que «luchamos cuando la gente del fútbol nos daba por muertos». Curiosidades del destino, los dos abandonaron la disciplina del club pocos días después. El técnico, tras ser ratificado de un modo implícito y el goleador de la permanencia con un incendio tras las acusaciones de su hermano a la directiva celeste en las redes sociales.

Los dos, Aspas, Roberto Lago, De Lucas y Túñez, de los que jugaron aquel partido, no continuaron en el club.

El resto formó la base del mejor Celta de los últimos tiempos. Mouriño había prometido en aquellos días conformar un proyecto para no pasar tantos apuros y la apuesta le salió redonda. El equipo de Luis Enrique se salvó con tres jornadas de antelación -tras golear al Valladolid en Balaídos- y puso la guinda con una victoria sobre el Real Madrid en Vigo. Hacía una década que los vigueses no eran capaces de encadenar tres años consecutivos en la élite.

En lo económico, seguir en Primera ha supuesto que la deuda se reduzca a ocho millones, lo que convierte a los celestes en uno de los equipos más saneados. Y todo, gracias a la magia del cuatro por cierto.