2.000 kilómetros para ver el debut celeste

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Manuel Jesús es un alemán que cada año vuelve para ver el primer partido

16 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Por su nombre, podría ser uno más. Pero detrás de Manuel Jesús Marcelino, de 31 años, se esconde un celtista especial. Es alemán, hijo de inmigrantes naturales de Arbo, y cada año hace en coche los 2.000 kilómetros que separan su localidad, Villingen-Schween (cerca de Stuttgart), de Vigo para presenciar el primer partido de temporada del Celta.

Ayer se coló entre los periodistas para presenciar la comparecencia de Charles y acabó por robarle protagonismo. «Venía a ver el entrenamiento, que no sabía que era a puerta cerrada, y para ampliar mi colección de fotos con jugadores», dice. Esta consta de tantas instantáneas que ha perdido la cuenta. Lleva haciendo este viaje desde los 18. «Empecé cuando saqué el carné de conducir. De pequeño, venía con mi padre, que me inculcó el celtismo», explica.

Marcelino organiza su descanso en función del inicio liguero del Celta. «Es el partido en el que es más fácil, por ser época de vacaciones. En cuanto se sabe la fecha, hablo con mi jefe», comenta. Su familia le dice que está «loco». «Mi novia no quiere saber nada de venir conmigo, pero después de siete años, ya se resigna a que yo las vacaciones las paso en Vigo».

Este celtista desde la cuna tiene una hija de ocho años a la que también inculca su afición por el equipo. «Ella no lo entiende mucho, porque vive en Alemania y allí le hablan de otros equipos. Pero yo le digo que el único equipo que hay es el Celta y la vestí con sus colores ya desde que nació», recuerda.

Dice que se hace duro seguir al club en la distancia. «Si pierde, mejor no hablar conmigo...», admite. Cuando no, canta hasta la Rianxeira, cuya letra se sabe, como la del himno, a la perfección. «La victoria ante el Espanyol, la celebré con mis amigos durante toda la noche». Su colección de fotos, banderines, bufandas y camisetas, fueron testigos.