Olga María, la irresistible

GENTE

La gloria del pequeño Nicolás se ha ido al párking de la actualidad: esta semana, el sainete en que se ha convertido la trastienda de la política española tiene una nueva protagonista: la colombiana Olga María

16 nov 2014 . Actualizado a las 10:41 h.

Ya ha provocado la dimisión de su última pareja, el diputado por Teruel Carlos Muñoz, una denuncia ante la fiscalía para que investigue al presidente extremeño, José Antonio Monago, por pagar, supuestamente, viajes privados a Canarias con dinero público y, en suma, el pavor generalizado en las filas de un PP atenazado por los escándalos de corrupción. En la reciente cumbre de presidentes autonómicos celebrada en Cáceres no se hablaba de otra cosa: ¿Y si chiva más nombres?, era el comentario por lo bajinis. La sonrisa de Olga María Henao, vocal de este partido en Tenerife, provoca ahora en Génova más miedo que simpatías.

«Si en la vida no encuentras lo que estás buscando... no te conformes con quien no te da lo mínimo que buscas». Esta declaración de principios forma parte de los mensajes que Olga María Henao (Medellín, 1977) publica en su cuenta de Twitter, donde hace varias semanas que no escribe. En uno de sus últimos tuits, el pasado ocho de octubre, lanza un desafío a la opinión pública: «Tengo que reconocer que la vida en Londres no es fácil, pero tampoco es fácil tumbarme a mí: ¡Seguimos en la lucha!». Olga, que reside habitualmente en el distrito tinerfeño de Tagaror, se encuentra en la capital británica haciendo unos cursos de inglés para negocios, destinados a su trabajo como coordinadora de eventos en el sur de Tenerife. Estudió Administración de Empresas y en su currículo profesional figuran trabajos en la banca y en el sector inmobiliario, aparte de sus tareas como dirigente vecinal en el suroeste de la isla canaria.

Pese a que ella misma ha asegurado públicamente que todo lo ha logrado «con esfuerzo» desde que llegó a España en 1999, en los últimos días se han hecho públicas fotografías muy en la línea del pequeño Nicolás, con todo cargo que se le ponía al alcance: desde el presidente Rajoy hasta la imagen más popular de todas, del pasado mes de junio, en la que aparece con su ya expareja, Carlos Muñoz, tras la recepción de Felipe VI y Letizia el día de su proclamación. Olga María acudió a este acto en su condición de pareja del entonces diputado del PP por Teruel, ya que ella es una simple militante de base del partido, centrada en labores de reinserción social y mejora de las condiciones de vida de algunos de los barrios más conflictivos de la zona suroeste de Santa Cruz de Tenerife, de modo que los viajes que José Antonio Monago hizo a Canarias tenían un carácter estrictamente privado, aunque fueran cargados a los gastos que el actual presidente de Extremadura tenía como senador, ni tuvieran que ver con una supuesta comisión parlamentaria Extremadura-Canarias a las que en algún momento aludió Monago. Pero su falta de pedigrí en el partido, sumada a sus amistades con altos cargos de este, no la convierten, según ella, en «una mantenida». Hace unos días, Olga María aseguró que el crucero que hizo con Monago por las islas griegas lo pagó ella y aprovechó para explicar que pasó una mala racha después de la ruptura con éste (algunos rumores apuntan a que por despecho filtró a la prensa lo de los viajes del entonces senador) y que el inicio de la relación con Carlos Muñoz le ayudó a superar el disgusto por el fracaso sentimental con el exbombero metido a político. En Génova observan los acontecimientos con los ojos muy abiertos. ¿Habrá algo más debajo de la manta de Olga María? ¿Tirará de esta? Ella, de momento, solo pide que se respete su vida privada y lamenta que Carlos Muñoz tuviera que dimitir. «El no se merecía esto», asegura.