Los celos de Michelle Obama no son nuevos

Victoria Toro CORRESPONSAL EN NUEVA YORK

GENTE

El funeral de Mandela sirvió para honrar al gran hombre que fue Madiba y también para mostrarle al mundo que Michelle Obama es una mujer celosa, incluso muy celosa. La cara de la primera dama estadounidense no ha extrañado a los norteamericanos, que saben que muchas mujeres han sido vetadas

23 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No era la primera vez que Michelle Obama le montaba el pollo a su marido por celos, aunque indiscutiblemente en esta ocasión el enfado de la primera dama estadounidense puede considerarse global porque ha sido presenciado por cientos de millones de personas. Pero mientras el mundo miraba asombrado la cara de cabreo con la que aparecía Michelle Obama en las fotografías, los estadounidenses solo recordaban otras ocasiones en las que esos enfados de la mujer del presidente también han traspasado los muros de la Casa Blanca.

Michelle y Barack Obama llevan casados desde octubre de 1992. Cualquiera diría que veintiún años de matrimonio deberían haberla curado de los celos. Pero parece que no es así. Indiscutiblemente, su marido es un hombre muy atractivo y además es el presidente, así que es seguro que muchas mujeres se deben sentir atraídas por él. Y es indudable que Barack Obama se relaciona con mujeres muy hermosas. Es muy frecuente que a la Casa Blanca acudan cantantes y actrices bellísimas o que el presidente norteamericano participe en actos en los que también hay mujeres espectaculares. Aunque si es cierto lo que se comenta en Washington, y todo indica que sí lo es, algunas de ellas no coinciden ya con el presidente porque Michelle las ha vetado.

OPRAH, LA PRIMERA

El primer enfado sonado de Michelle Obama fue con Oprah Winfrey, la presentadora, actriz y multimillonaria cuyo nombre siempre aparece entre los de los personajes más influyentes del país. Oprah había sido durante años una mujer muy cercana a la pareja. No solo eso, la mayoría de los analistas políticos coinciden en que el apoyo de la presentadora fue crucial para que Barack Obama pudiera ganar las primarias demócratas de 2008 que le llevaron a la Casa Blanca. Pero cuando la pareja Obama llegó a esa residencia, las cosas entre los tres cambiaron. El presidente siguió siendo muy amigo de la presentadora. Tanto que se cuenta que la llamaba todas las noches y le consultaba innumerables cuestiones sobre su imagen pública. Y fue así hasta que Michelle se cansó de la relación. Los rumores dicen que no fue la propia Michelle la que comenzó a sospechar de la relación de su marido con Oprah, sino Valerie Jarret, también muy amiga de los Obama desde sus tiempos en Chicago y nombrada por el presidente como una de sus principales asesoras. Lo que le habría ocurrido a Jarret es que habría pensado que la cercanía de Oprah con el presidente podía llevar a este a sustituirla a ella por la presentadora. Y entonces, Jarret habría convencido a Michelle de que la amistad de su marido con la Winfrey no era tan inocente. No hay ni una sola prueba de que aquella amistad fuera nada más que eso, pero lo que sí es cierto es que Michelle dificultó desde entonces el acceso de la presentadora a su marido. Y tras Oprah vinieron otras. Es también antológico el enfado de Michelle ante las fotografías que mostraban a su marido coqueteando aparentemente con la primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, en noviembre del año pasado. O la bronca que montó en la inauguración del segundo mandato cuando se enteró de que la actriz Kerry Washington había sido invitada al palco. Algunos medios de comunicación reprodujeron entonces las palabras que según ellos Michelle le habría gritado a su marido: «Aléjate de esa mujer». Incluso algunos comentaristas de cotilleos aseguraron entonces que el cambio de look de Michelle que acababa de cortase el pelo con flequillo obedecía precisamente a los celos que sentía de Kerry Washington.

Y efectivamente, la guapa actriz llevaba un peinado similar al que eligió la primera dama. Precisamente, Kerry Washington es señalada como una de esas mujeres hermosas a las que Michelle Obama habría vetado el acceso a su marido. Y eso a pesar de que incluso esos comentaristas de cotilleos reconocen que nadie más que la primera dama ha creído nunca que entre el presidente estadounidense y la actriz haya habido ningún tipo de relación sentimental. Pero los celos, ya se sabe, a veces no tienen nada que ver con la realidad.