Rescata a un hombre que cayó al vacío siete metros al ceder una valla en la ribera del Sil: «Cuando le cogí estaba inconsciente»
GALICIA

El patrón de uno de los barcos turísticos de la zona salvó al turista, y denuncia que la barandilla sigue sin estar arreglada
17 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Un turista tuvo que ser trasladado al Hospital Comarcal de Monforte (Lugo) tras sufrir un accidente cuando esperaba para subirse a un catamarán para disfrutar de los cañones del Sil, en la Ribeira Sacra. El hombre estaba en la cola junto a un grupo de excursionistas cuando se apoyó en la valla de madera que salva el terraplén en el embarcadero de A Abeleda, en Castro Caldelas (Ourense). Esta cedió y el hombre cayó al vacío unos siete metros hasta impactar con las rocas y acabar flotando en el río, boca abajo.
Las personas que le acompañaban empezaron a gritar. Al escuchar el alboroto, el patrón de un barco que acababa de atracar en las proximidades se tiró al agua sin pensárselo. Nadando consiguió llegar hasta el accidentado. «Como un milagro, encontré dónde apoyar mis pies en la roca para poder subir sus hombros y su cabeza», relata el rescatador, que prefiere mantener el anonimato. «Cuando le cogí, estaba inconsciente y tenía la cara llena de sangre», relata. «Se llevó un buen golpe con las rocas, y aún tuvo suerte porque están inclinadas, no fue un golpe seco», apunta. Enseguida, el turista accidentado vomitó el agua tragada y recuperó la consciencia. «Después de unos minutos, él mismo fue capaz de ir escalando, muy poco a poco y con mi apoyo, para salir del agua», relata. En la roca inclinada esperaron a que les rescatasen los integrantes del grupo de emergencias supramunicipales. El patrón de barco reconoce que pasó momentos de angustia: «Si perdía la consciencia no sabía si sería capaz de evitar que volviese a caer al río».
El hombre tenía una brecha en la cabeza por la que sangraba de manera abundante y refería dolor en todo el cuerpo como consecuencia del golpe. Tras ser izados a una zona segura, recibió la primera asistencia sanitaria y después fue evacuado en ambulancia al hospital de Monforte, a unos 17 kilómetros del lugar del accidente. En ese momento, las personas que estaban presenciando el rescate no dudaron en aplaudir. «Sentí vergüenza», dice el rescatador, que asegura que lleva años denunciando el mal estado de la valla. Lamenta no haber insistido más en sus reclamaciones para conseguir que se arreglase y así evitar el accidente del pasado domingo.
Por eso hace un llamamiento para que tome nota la Administración que tenga las competencias y que lo haga de manera urgente, ya que se espera una gran afluencia de gente en esta Semana Santa. «Van a venir muchos turistas al embarcadero y la situación sigue igual de peligrosa. Me parece increíble», denunció. Ayer mismo —como se ve en la foto— el hueco dejado por el trozo de valla caído estaba señalizado con unas simples cintas.
El rescatador insiste: «Lo único que quiero es que la arreglen, porque estaba claro que iba a pasar algo y no se hizo nada. ¿Cuántos más tienen que caer?».