Los ojos de la política nacional se van a volver hacia el noroeste a partir de esta medianoche porque buena parte de lo que suceda en los próximos meses se va a advertir antes, el 18 de febrero, en Galicia. A modo de laboratorio, desde aquí se adelantó el nacimiento de Podemos y se anticipó su declive, se construyó el nuevo líder del centroderecha español, se divisó el primer desgaste de Pedro Sánchez y se frenó en seco a Vox. Hay sobrados elementos para ver con una perspectiva global unas elecciones que por primera vez en mucho tiempo no comparten calendario con otras (las vascas). Pero el foco debe estar puesto en casa, en Galicia.
Hay poco seguro antes de que arranque la campaña. Quizá, lo único, que el PP ganará, sí, y eso es un arma peligrosísima porque el partido puede caer en la contemplación. Ganará, pero sin una absoluta a Alfonso Rueda la victoria no le vale de nada. Y ahí se bregará en la apelación al voto útil y la pedagogía sobre el sistema electoral.
En el otro lado, una izquierda con una veterana dispuesta a romper los marcos, Ana Pontón, la única que repite. Hay un estreno puesto desde la Moncloa, el mejor candidato que podía presentar el PSdeG, Besteiro, sin rodaje en Galicia y con el peaje de dividirse aún entre el Congreso y la campaña que está por ver cuánto le puede pesar. Y una candidata de Sumar que también viene con pedigrí desde Madrid, pero desconocida. Pelean por unos nichos compartidos. Pero, por lo pronto, antes, estos cuatro protagonistas se juntaron para La Voz, en un lugar simbólico, una pista de atletismo. Ahí empieza la carrera hacia San Caetano.