A prisión siete de los detenidos por el alijo de hachís en Vilagarcía y 400.000 euros en Cangas

Serxio González / Javier Romero VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

Imagen del registro que la Guardia Civil practicó esa semana en el taller de Baloiras, en Vilagarcía, donde se encuentra el zulo
Imagen del registro que la Guardia Civil practicó esa semana en el taller de Baloiras, en Vilagarcía, donde se encuentra el zulo Martina Miser

El juzgado de Cangas acusa a los investigados de Cangas y O Salnés de delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal

15 sep 2023 . Actualizado a las 01:59 h.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Cangas acaba de decretar el ingreso en la cárcel de siete personas, todas ellas vinculadas con la organización que el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil en Pontevedra desmanteló esta semana tras una docena de registros en O Salnés y el entorno de Vigo, con extensiones en Andalucía. A las siete se les imputan dos delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, después de que los agentes hallasen junto al zulo de un establo de Vilagarcía al menos 150 kilogramos de hachís y una cantidad de cocaína todavía por determinar. Se encuentran en situación de prisión provisional comunicada y sin fianza.

Lo más llamativo del desarrollo de la operación fue, precisamente, el hallazgo bajo tierra en Vilagarcía. Se trata del mismo solar en el que, hace cinco meses, el Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) en Galicia de la Guardia Civil incautó 220 kilogramos de cocaína. En ese caso ocurrió en un zulo construido para esconder alijos que mide dos metros de alto por otros dos de ancho y largo.

Fue excavado bajo una de las edificaciones que se levantan en una finca perteneciente a la familia Baloiras; un antiguo taller en el que se montaban y vendían remolques. En abril, uno de los miembros del clan, Marcelino Baloiras, ingresó en prisión. Considerado como uno de los tres cabecillas de una red capaz de importar vehículos de Europa y mover decenas de kilogramos de cocaína cada mes, parece obvio que alguien continuó su trabajo.

Pero la última investigación de la Guardia Civil contra el narcotráfico en la provincia tiene otros implicados. Especializados en el tráfico de hachís y otras sustancias, aunque en menor medida. El alijo decomisado esta semana estaba enterrado cerca del zulo, pero en una finca, bajo tierra. Ya en O Morrazo, en Cangas, se hicieron varios registros esclarecedores. En uno, se hallaron 400.000 euros en metálico. Una cantidad que evidencia que los detenidos hacían algo más que traficar con un par de kilos de vez en cuando.

Descabezada

La decisión de enviar a prisión a siete detenidos pone de manifiesto también la rotundidad de la pruebas recogidas contra ellos. El operativo no consistió únicamente en el decomiso de estupefaciente —algunas fuentes apuntan que también se encontró cierta cantidad de cocaína—, que supondrá una prueba importante cuando llegue el juicio. Es un golpe a la linea de flotación de esta organización que afecta a varios estamentos hasta descabezarla. A mayores, su relación con Andalucía, mediante la importación de hachís por el Estrecho, queda igualmente constatada. El origen de esta droga importado procede del sur de España.

Hace varios años que la presencia de ciudadanos gallegos al volante de planeadoras o integrando tripulaciones es un hecho. También en la posterior distribución del estupefaciente en la Península y Galicia. Principalmente a través de carreteras portuguesas para intentar esquivar el radar policial en España. Un método que ha ganado peso frente al uso de barcos, como antaño.