La muerte «intencionada y buscada» de Jessica Méndez por su acosador

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Entrada en los juzgados de Caldas de José Eirín, imputado por el asesinato de Jéssica Méndez
Entrada en los juzgados de Caldas de José Eirín, imputado por el asesinato de Jéssica Méndez Capotillo

José Eirín mandó mensajes a la joven hasta el día del crimen, hace un año. El acoso que sufrió desde adolescente por parte de Eirín obligó a instalar cámaras en dos casas de su familia. El 17 de marzo del 2022, el presunto asesino embistió su Seat Toledo contra el vehículo de Jéssica para matarla deliberadamente. Jéssica falleció 24 horas después del accidente

24 mar 2023 . Actualizado a las 17:37 h.

Hace poco más de un año, el 17 de marzo del 2022, José Eirín estrelló su coche contra el de Jessica Méndez, quien fallecería veinticuatro horas después tras haber sido ingresada en el Hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo. Investigado inicialmente por un supuesto delito de asesinato, el acusado se expone a penas que podrían moverse entre los 15 y los 25 años. Por el momento no hay escrito de acusación, ya que la instrucción que se lleva a cabo en función de la Ley del Jurado aún no ha finalizado, y se está viendo ralentizada por la huelga de letrados. Esta tarde habrá un encuentro para recordar este caso.

El crimen se perpetró en la carretera N-550 en Barro (Pontevedra), cuando el Seat Toledo de José Eirín impactó contra el Seat Ibiza de la víctima, que se encontraba detenida ante una señal de stop. «Acelerou o vehículo que conducía e, con total desprezo pola vida e pola integridade física desta, dirixiu o seu vehículo contra o de Jessica Méndez, desviándose intencionadamente da súa traxectoria e impactando na zona centro-lateral esquerda», recoge un auto de la Audiencia de Pontevedra.

El escrito recoge que un informe de la Guardia Civil descarta que el accidente fuese «una mera imprudencia», sino que fue «algo intencionado y buscado por el investigado, que habría modificado su trayectoria para impactar con el vehículo de aquella». De hecho, se remarca que desvió su coche «sin justificación aparente en otra causa».

A estas circunstancias se suman los testimonios recabados por los agentes del instituto armado —la pareja y el hermano de Jessica Méndez, y un cuñado de José Eirín— que confirmarían que este último «sufriría una especie de obsesión con la joven que le llevaba a seguirla, esperarla a que llegara de noche a su casa mientras la vigilaba y que, tiempo atrás, había buscado el contacto físico con ella sin ser correspondido». Además, se constata la existencia de mensajes de WhatsApp documentados entre la víctima y el investigado «desde hace años e, incluso, del propio día del accidente por la mañana en los que se refieren a esas vigilancias».

Esta situación habría determinado que la joven y su familia hubiesen optado por colocar una cámara de videovigilancia en torno a su domicilio. «Existen serios indicios de que o investigado buscaba en todo momento a proximidade de Jessica Méndez contra a vontade desta, incluso o propio día do accidente», se indica en el auto que decretó el ingreso en prisión provisional de José Eirín.

El acusado apunta que un analgésico «le pudo dar sueño», y dice que no recuerda nada

Frente a las investigaciones de la Guardia Civil, el auto recoge también los argumentos defensivos de José Eirín. Su defensa sostuvo, a raíz de recurrir el auto del Juzgado de Instrucción número 1 de Caldas, que decretó el ingreso en prisión de su cliente, que el acusado «sostiene que no recuerda nada del accidente, salvo que vio introducirse algo en la carretera». Eirín añadió que el tramadol —un analgésico opioide que actúa sobre el sistema nervioso central— que toma «le pudo dar sueño». No obstante, y según el auto de la Audiencia, «también admite que antes del accidente se encontraba plenamente consciente».

La defensa entiende, en todo caso, que «si se considera que hubo un desplazamiento progresivo del vehículo conducido por el investigado hacia su derecha, que se inicia a más de doscientos metros de distancia y que no existe ningún giro brusco, tales circunstancias serían, según la recurrente, compatibles con la somnolencia causada por la medicación del tramadol que el investigado estaba tomando».

De igual modo, José Eirín negó en su momento ciertas afirmaciones de los testigos relativas al supuesto acoso al que estaría sometiendo a la fallecida, y sostuvo que sería «cuestionable la imparcialidad de su cuñado, con quien pese a vivir en la misma casa, no se habla desde hace mucho tiempo».

A la hora de mantener la prisión provisional, los magistrados apelan al elevado riesgo de huida del único procesado.